RETRATOS: Ñiquito, un chofer con alma de maestro

Tiene un nombre rimbombante, casi de actor de película: Patricio Antonio del Valle Castro, pero eso lo perdió hace tiempo. Todo el mundo le dice, simplemente, Ñiquito. Lo expresan con cariño, el que ha ganado por su carácter sencillo y jovial.

Sus principales admiradores son los estudiantes de las Escuelas Especiales y las familias de esas niñas y niños.  A ellos ha dedicado más de la mitad de su vida.

Luego de su regreso de la misión internacionalista en Angola, en 1990, Antonio del Valle llegó a la base de Transporte Escolar, en el municipio de Guanabacoa, en la cual también laboraba su padre. Ahí fue cuando comenzó a manejar uno de esos ómnibus y entendió mucho las razones de su padre, quien le decía que estar ahí era un orgullo y había que tener el corazón bien grande, porque los pequeños lo conmovían y se les cogía un cariño tremendo.

Si no hubiera sido porque le preguntamos la razón por la cual había estado más de 30 años en la base, Ñiquito habría estado casi todo el tiempo mencionando cifras; cumplimiento del plan, kilómetros recorridos por litros de combustible, en su condición de jefe de la entidad.

“He permanecido aquí por amor. A veces voy por la calle y siento que me llaman: “Ñiquito…Ñiquito, ¿usted no se acuerda de mí? Y veo a un joven o a una joven y trato de adivinar quién es. ¡Imagínese, son muchos los que he trasladado en mi ómnibus!

“Ellos insisten.  ‘¡No se acuerda de mí!’, hasta que les respondo: A, tú eres el de la escuela 28 de enero… Uno se apega mucho a esos niños, sobre todo, los de las Escuelas Especiales. Se establece una gran compenetración, los llegas a querer como si fueran tus hijos”, añadió.

Señaló que cuando llega el día del educador, cada 22 de diciembre, los alumnos le dan el mismo tratamiento que recibe cualquier profesor. “Es muy fuerte la relación que se establece con esos estudiantes, hay una gran empatía”, acotó.

Desde el 2016, en reconocimiento a su buen desempeño como chofer, fue promovido al frente de la base. Graduado de Licenciatura en Estudios Socioculturales, piensa que la experiencia junto al colectivo le facilita la dirección. “Aquí voy a estar hasta que sea un viejo” confesó durante un recorrido que hicimos hace algún tiempo por el lugar.

En la actualidad, la base está sumida en el apoyo a quienes combaten el nuevo coronavirus. “Prestamos servicio a seis hospitales de la capital, entre estos, los Institutos Nacionales de Oncología y Radiobiología, y el de Nefrología; el Pediátrico de Centro Habana y el Clínico Quirúrgico Miguel Enríquez. También transportamos a los trabajadores del Puerto y de los Molinos de Regla. Para nosotros representa un orgullo, porque damos el aseguramiento a tareas muy significativas: la salud y la alimentación del pueblo”.

Resaltó la buena relación que se ha establecido con médicos, enfermeras y portuarios, en general. “Setenta choferes se han mantenido activos, no han tenido ningún percance con la salud, se han cumplido estrictamente todas las normas de seguridad e higiene establecidas”, apuntó. La cultura y profesionalidad de este colectivo también se ha hecho valer en estos cruciales momentos.

La vuelta a la normalidad y la recuperación del acostumbrado servicio a las Escuelas Especiales es un anhelo de todos. Saben que las medidas higiénicas para evitar contagios tendrán que perdurar y para eso están preparados. “El reencuentro con nuestros estudiantes será parte de la victoria de todos”.

Acerca del autor

María de las Nieves Galá León

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Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.