Por MSc. María Inés Álvarez Garay, y Dra. Raysa Quintero Ravelo (*)
Cuba no te cansas de sembrar semillas de amor que germinan florecidas llenas y plenas de salud
La cirujana general Dra. Raysa Quintero Ravelo, tiene un corazón de ángel por la dulzura y delicadeza con que trata a sus colegas y pacientes, y manos ágiles y diestras por sus éxitos en cada cirugía, en el tratamiento de cada paciente que tiene el privilegio de recibir sus servicios.
Desde una región de Gambia donde brinda sus servicios consagrados a mejorar la calidad de vida de esta querida población africana nos relata llena de satisfacción y orgullo esta historia que la convirtió en una madre africana.
» Hace tres años conocí Mariama. Cuando a la edad de cuatro meses casi fallecía entre mis manos. Dos veces estuvo por largas horas dentro del quirófano, dos veces estuvo grave en una unidad de terapia por alrededor de un mes y dos veces le ganó a la muerte. La primera vez con cuatro meses y la segunda con quince meses de edad. La separan muchos kilómetros de mi, pero sus padres viajan con su única hija para que Mariama vea a su mami Raysa. Su piel es negra a diferencia de la mía, pero es mi niña gambiana”.
Mariama Tourey, de cuatro meses de edad. Llegó al hospital de la alejada región de Bansang en estado crítico por shock séptico y desequilibrio hidroelectrolítico. El diagnóstico fue una invaginación intestinal de 10 días de evolución. En el examen físico se encontraron los signos del shock y del desequilibrio y una protrucción del intestino delgado de más o menos cinco centímetros a través del borde anal.
Se mejoró su estado general en la medida de lo posible antes de enviarla al quirófano. Aún así su estado fue crítico antes, durante y después del acto quirúrgico. Encontraron una peritonitis grave debido a varias perforaciones intestinales, además de gangrena intestinal de una parte del mismo. Se resecó íleon, ciego, colon ascendente y parte del colon transverso. Realizaron sutura de una perforación del colon descendente, una yeyunostomía y lavado amplio de la cavidad.
La cirugía se realizó el 3 de enero de 2018. Estuvo con tratamiento en la terapia por cuatro semanas y luego se trasladó a la sala de cirugía por 10 días hasta su egreso del hospital.
Le mantuvieron un seguimiento por consulta externa semanalmente durante nueve meses, se logró su recuperación y se aplicó, en esta niña, el esquema de ablactación vigente en Cuba. Esto fue posible a través de la educación para la salud y charlas educativas convincentes y objetivas realizadas a la familia en cada consulta.
El 12 de septiembre de 2019, día del cumpleaños de esta brillante cirujana, realizó con sumo placer, olvidando la connotación de esta fecha, la segunda intervención para cierre de la ileostomía.
Gracias al seguimiento y al esfuerzo del equipo lograron llevar a la paciente al quirófano nuevamente en estado eutrófico y con valores hemo químicos normales. Aparentemente sin gran déficit nutricional.
La cirugía fue difícil por el estado anatómico de sus órganos debido a la primera intervención. Tuvieron que volver a resecar una pequeña porción de yeyuno y realizar anastomosis intestinal.
Transcurrieron tres semanas de tratamiento en la terapia nuevamente y debido al estado general secundario a todo el proceso la niña volvió a entrar en un estado crítico. Fueron días de mucho pesar, preocupación y labor permanente para lograr el resultado final de un equipo formado por la cirujana, una pediatra y un anestesista, cubanos todos.
En la actualidad es una niña eutrófica, con normal desarrollo psicomotor y muy activa e inteligente.
Esta es una de las tantas historias increíbles pero muy ciertas de las misiones médicas cubanas por el mundo. La madre de Mariama le enseñó a la niña a decirle mamá a la doctora. Mariama no pierde las esperanzas de visitar la bella isla caribeña que le mandó a esa tierna doctora con manos diestras y corazón de ángel a salvarle la vida.
Esta niñita con su corta edad ha aprendido a querer y valorar el significado de las palabras médico cubano, y esta bella e inteligente doctora ha disfrutado el inmenso placer y la gran satisfacción de salvar una vida más, ha degustado en múltiples ocasiones el sabor de la solidaridad, del altruismo y el internacionalismo.
Así nos sentimos los cubanos con un corazón inmenso que no cabe en nuestro pecho, cuando podemos disfrutar esa sonrisa llena de vida, gracias a nuestra labor, una vida más salvada, un ser humano devuelto a su pueblo para luchar por este derecho que tenemos todos a la salud, a la libertad,a la paz y a la vida.
Felicidades Dra. Quintero. Médicos como usted dan brillo y luz a nuestros días.
Gracias Cuba por tu solidaridad, tu dignidad y tu nobleza.
(*) Profesora y Dra. integrantes de la Brigada Médica Cubana en Gambia
Bella historia que solo puede ser escrita por médicos cubanos y siento mucho oegullo de que la protagonista sea mi amiga, desde niñas, Raysa. Felicitaciones!!