Cuba en los campos de Venezuela (+ Fotos)

La COVID-19 ha postergado sueños, pero los colaboradores de la Misión Agroalimentaria de Cuba en Venezuela no renuncian a la materialización de los programas que apoyan las intenciones del gobierno bolivariano de alcanzar la soberanía en esta importante esfera.

“Por la pandemia hemos tenido que reordenarnos, replantearnos las acciones futuras y pensamos comenzar el primero de julio lo previsto para este año, con proyecciones hasta junio del 2021, según lo convenido con los ministerios del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, y de la Agricultura Urbana”, asegura el ingeniero agrónomo Rafael Rodríguez Pérez, su coordinador general nacional.

A Rafael le apasiona el tema y acepta dialogar sobre la historia, el presente y el futuro de una misión que el pasado 19 de mayo cumplió 17 años de acompañamiento a esa parte del pueblo venezolano interesada en obtener sustento propio en los campos que habita.

-¿Algo de historia?

“La Misión Agroalimentaria es hija del Convenio Integral de Cooperación Cuba Venezuela, rubricado el 20 octubre del año 2000 por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro y el Comandante Eterno Hugo Chávez, pero fue en el año 2003 cuando comenzaron estas labores.

“Desde entonces y hasta la fecha se han elaborado 182 proyectos, en el primer momento con el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras y hace tres años también con el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Urbana.”

-¿Cómo asumen el encargo dado por el Comandante en Jefe Fidel de formación del relevo?

“En cumplimiento del encargo de Fidel relacionado con la preparación del relevo, durante todos estos años se ha trabajado en la formación de técnicos y especialistas nacionales en función de que puedan asumir estas tareas en el futuro próximo, no solo en las empresas socialistas del sector estatal, sino también en el privado.

“La preparación de los nuevos valores la asumimos junto a la misión de Educación Superior, y especialmente con el Frente Francisco de Miranda en la promoción de buenas prácticas agropecuarias, y un ejemplo es la Escuela Agroecológica Indio Rangel, Estado de Aragua, ya con resultados concretos en los cultivos varios, la producción de semillas; así como la ganadería porcina, avícola y cunícula.

-¿Cuáles son los resultados en otras áreas de colaboración?

”En el 2019 concluimos dos proyectos: uno relacionado con la producción de alimento animal a base de plantas proteicas, implementado en los Estados de Guárico, Cojedes y Lara; y el otro pertenece a la Agricultura Urbana que desarrollamos en 11 estados, dirigido básicamente a la producción de diferentes rubros, similar a nuestros sub-programas en Cuba.

“Con las vacas en ordeño hicimos un experimento utilizando la mezcla de plantas proteicas con cereales y logramos llevar la producción de cinco litros de leche a 10 y, en el caso de los ovinos y caprinos aumentamos el peso vivo en un plazo de 45 días en más de 25 kilogramos ejecutado en las empresas socialistas de riego.”

-¿Y el futuro inmediato?

“Esos resultados son frutos de la constancia durante varios años de trabajo, y base de la aprobación del desempeño por las autoridades del Gobierno y de los dos ministerios, que ahora abogan por socializar las experiencias.

“Este año, en el nuevo proyecto, buscamos consolidar lo alcanzado y extender estas prácticas a mayor escala en siete empresas socialistas de riego, de los 24 estados; y además, vamos a colaborar con altos productores independientes (privados) en la implementación de esas técnicas que contribuyen al aumento de las producciones y al propósito de que Venezuela alcance su soberanía alimentaria.

“La Agricultura Urbana procurará el autoabastecimiento local con el fomento de diferentes rubros, yendo progresivamente desde la demarcación de un sector, la parroquia, el municipio y hasta el nivel de Estado.

“Crecerá el número de colaboradores en correspondencia con los nuevos planes, mucho más abarcadores, y los éxitos no se harán esperar, porque aprovecharemos bien los saberes de nuestra gente y las bondades naturales de esta nación: suelos muy fértiles en numerosas regiones; abundante agua superficial y subterránea, y el clima, tres elementos fundamentales que desde el punto de vista agrológico son muy favorables para fomentar las producciones agrícolas”.