Con el propósito de estimular soluciones que fortalezcan la economía el país se enfoca en la elaboración de una estrategia que dé respuesta a los desafíos de la COVID-19, la cual será implementada en la etapa de recuperación postpandémica.
En medio de un contexto en el que salvar vidas sigue siendo la prioridad, los cambios en el mundo provocados por el SARS-CoV-2 también han planteado una transformación más acelerada del modelo económico y social cubano, a tenor con el contenido de documentos como los aprobados en el VI y VII congresos del Partido Comunista de Cuba.
Los aportes del movimiento sindical a la conformación de esa estrategia económica “solo serán posibles si somos capaces de generar un pensamiento creativo, innovador y participativo”, consideró Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
“Nos toca hacer propuestas que movilicen las reservas existentes en la economía, desde una correcta perspectiva de ahorro y eficiencia”, reiteró en Matanzas, Mayabeque y Artemisa, provincias donde intercambió con cuadros de la CTC, secretarios generales de los sindicatos y autoridades de estos occidentales territorios.
Todo parte, dijo, de gestionar la economía desde un pensamiento diferente al tradicional, porque las condiciones son otras, lo que supone también, alertó, un cambio en el modo de actuar de los cuadros de la CTC y de su movimiento sindical.
Guilarte De Nacimiento detalló la atención que debe prestarse a las medidas relacionadas con el ajuste al plan de la economía de este año y al inicio del proceso de elaboración del correspondiente al 2021, recientemente aprobados por el Consejo de Ministros.
La propuesta de modificación de las cifras del plan, explicó, es consecuencia de las contracciones en los ingresos de la nación, de la disminución del nivel de actividad en los sectores empresariales y presupuestados, como parte de las acciones de protección sanitarias en el enfrentamiento al nuevo coronavirus.
Todo ello, apreció, impacta en las categorías de empleo y salario, en la reubicación del personal disponible y en el tratamiento a los interruptos, lo que debe manejarse, expresó, con el concepto de que la mejor protección radica en el empleo, lo que ayuda, además, a preservar esa fuerza. En este escenario es cuando más se necesita representar las garantías y derechos de los trabajadores, significó.
Pidió defender la reubicación y recalificación de la fuerza de trabajo, así como la aplicación de sistemas de pago apropiados donde las condiciones lo permitan, verificar el uso de la fórmula a destajo, variante menos favorecida por las administraciones más inclinadas a la remuneración por resultados, en beneficio del personal de regulación y control, que, al ganar más, también sale mejor que los encargados de transformar la materia prima.
Tal y como es sabido, reflexionó, la disparidad en esos ingresos fractura la motivación de los creadores de bienes y servicios, lo cual es muy malo, porque la economía se cultiva, fabrica y salva precisamente en cada puesto laboral.
Los sindicatos desde la base tienen que ser propositivos en la elaboración de esta estrategia económica, acotó; aportar en la construcción de consensos sobre las acciones para resolver el viejo problema de liberar las fuerzas productivas y que ello repercuta en el progreso de la nación, en el incremento de la producción y los servicios, y en una oferta que satisfaga la demanda, asunto decisivo en alcanzar el equilibrio financiero interno y base para que el salario posea capacidad de compra, un asunto bien debatido en las sesiones del XXI Congreso de la CTC.
Sin embargo, advirtió, hay que llegar a los colectivos laborales, ponerlos al tanto, por ejemplo, de las restricciones en los ingresos en moneda libremente convertible de una economía sometida a férreo bloqueo por el Gobierno de los Estados Unidos, pero aún insatisfecha con el comportamiento de las exportaciones y la inversión extranjera, dos fuentes de las que depende para funcionar.
En el estratégico tema de las exportaciones cuestionó cómo aún no se incursiona lo suficiente, a sabiendas de su repercusión en los ingresos del país, de las empresas y de los trabajadores. “Es momento de pasar de las consignas a la acción”, instó.
En el territorio yumurino, el dirigente de los trabajadores cubanos fue puesto al tanto del aprovechamiento del cierre temporal para acometer el mantenimiento de instalaciones hoteleras y extrahoteleras y del movimiento a favor de la recuperación de habitaciones fuera de orden, un aspecto que favorecerá elevar la capacidad ocupacional.
En su visita a Mayabeque, Guilarte De Nacimiento destacó el potencial agrícola, industrial y científico de un territorio, donde resulta decisivo sembrar más, sobre todo aquellos renglones que hoy se importan y tienen un elevado costo en el mercado internacional.
Insistió en Artemisa en dar prioridad a las producciones agropecuarias, azucarera, de carne de cerdo, acuícola y de alimento animal, así como también a aprovechar las potencialidades de las minindustrias y centros de elaboración.
En su recorrido enfatizó en la prioridad puesta por el país en la producción nacional, en particular en el acápite relevante de los alimentos y su relación con la agricultura, sector primario y esencial por su impacto en el consumo y el incremento de la cadena de valor a partir de su encadenamiento con la industria.
Manifestó que el movimiento sindical tiene que aprender a evaluar los resultados de programas ligados a la comida de los trabajadores y sus familias, como el comportamiento del autoabastecimiento municipal y el rendimiento de las tierras entregadas, los índices de consumo de combustibles y el coeficiente de disponibilidad técnica de la maquinaria.
En estos encuentros, el Secretario General de la CTC orientó reforzar las medidas que correspondan para mantener un óptimo ambiente higiénico-epidemiológico en cada colectivo laboral y su entorno. Transmitió el propósito de que cuanto se haga debe permitir arribar a la celebración del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba con una estrategia económica y social actualizada, que impulse el progreso del país.