Más de 400 trabajadores guantanameros, cuyas labores quedaron interrumpidas debido a la amenaza por el coronavirus, integran de manera voluntaria unas 37 brigadas conformadas en toda la provincia para apoyar tareas relacionadas con la producción de alimentos.
Igmara Reyes Márquez, miembro del secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba en Guantánamo (CTC) explicó a la prensa que gracias a tal disposición y voluntariedad protagonizada por jóvenes en su mayoría, es posible entregar a la población productos cosechados en 189 parcelas y autoconsumos del territorio.
Producciones hortícolas de ciclo corto como acelga, remolacha, col y lechuga al igual que viandas y vegetales como boniato, yuca, calabaza, maíz y quimbombó se ubican entre las más favorecidas; en tanto los trabajadores habituales de esas parcelas agradecen a los incorporados, en condición de suplentes de campesinos y horticultores confinados en sus hogares por presentar patologías y edades de riesgo asociadas a la Covid-19.
La dirigente sindical argumentó que a partir de la incorporación de manera voluntaria de otros trabajadores incrementan los cultivos, mejora el rendimiento, calidad y las ofertas a quienes las necesitan.
Reyes Márquez precisó que con destino a la venta en placitas y centros de aislamiento, hogares maternos y hospitales, el movimiento contribuye a cubrir las necesidades de la producción agropecuaria en casi todos los municipios de la provincia, a partir de las indicaciones del Ministerio de la Agricultura y como parte de la estrategia de la CTC respecto a la alarma sanitaria.
Aclaró que sembrar, trasplantar, cultivar, tareas de regadío y limpieza con abono orgánico, unido a la reparación de cercas perimetrales ,no son las únicas funciones desarrolladas por trabajadores de los gremios de Cultura, la Educación, la Ciencia y el Deporte, Agropecuarios, Azucareros y del Comercio.
También se insertan en labores de mantenimiento para apoyar al movimiento anirista en la búsqueda de alternativas para un funcionamiento óptimo de maquinarias y equipos en numerosas entidades, ubicadas también en las propias zonas donde residen.
Significó que en el deber de ser útiles en tiempos tan difíciles, los trabajadores se insertan en disímiles tareas como la distribución de alimentos a ancianos que viven solos, discapacitados y otras personas vulnerables, en coordinación de acciones con otras organizaciones políticas y de masas.