Casi a las 11.00 en punto de la mañana de este viernes el aplauso fue para todos y de forma unánime. Se ovacionó a la medicina y ciencia cubanas, a la incondicionalidad de un colectivo que no descansa. Se le daba alta clínica a la paciente de más larga estadía hospitalaria por Covid-19 en el país, ingresada desde el 22 de marzo en el Hospital Militar Manuel Fajardo, de Santa Clara. Su recuperación fue una total epopeya por la vida.
Cada vez que conceden una alta médica en esta institución la encomiable labor de sus especialistas, quienes han atendido 797 pacientes entre casos positivos y sospechosos, de ellos 181 niños, 27 extranjeros, ocho gestantes, queda coronada con las luces del milagro sanador. En total se han recuperado 173 casos, solo quedan en sus salas seis positivos.
Dicho Hospital Militar reajustó sus servicios en función de atender los pacientes con Covid-19 de la región central. El reto era inmenso: lo desconocido de la enfermedad, los posibles tropiezos en el desencadenamiento de cada caso, pero confiaron siempre en que estaban preparados.
El equipo de especialistas de este centro fue iniciador en la atención de los primeros pacientes, se desdobló en institución ginecostétrica y pediátrica, evaluó con éxito el evento social del Hogar de Ancianos #3 de Santa Clara, introdujo nuevos protocolos médicos, estableció flujos de trabajos con todo el personal, estrechó vínculos con otras instituciones y expertos.
Para el doctor Eduardo Berrio Águila, especialista en segundo grado en Neurocirugía, director de la institución de salud, el momento de mayor regocijo es cuando el PCR de un paciente resulta negativo y por consiguiente se procede a dar alta clínica. No obstante, este hombre ecuánime, reflexivo, precavido y profundo sabe que cada paciente salvado es solo un paso hasta la curación del último, sin imaginar cuándo sucederá.
Por eso hoy siente una satisfacción inmensa junto al colectivo, aunque prefiere decir que solo cumple con su deber. “Con el alta clínica de un paciente se llega a buen fin el esfuerzo abnegado de muchos; desde el equipo del cuerpo de guardia, los laboratoristas, dietistas, los especialistas de servicios de emergencias, las atenciones en las diferentes salas, la asistencia primaria y las unidades de cuidados progresivos intensivos e intermedios, así como los servicios de enfermería que aseguraron las indicaciones médicas, además de expertos que facilitaron la toma de decisiones”, puntualizó.
Ningún personal médico y paramédico ha estado afectado con la enfermedad gracias a la disciplina y el uso de los medios protección establecidos. El equipo de trabajo, que suman 164 personas, tiene conciencia de la situación y cada cual considera que un mínimo éxito forma parte de la gran victoria que está por venir. El apoyo de 67 enfermeras de la provincia de Sancti Spíritus, con experiencia en el desempeño de sus funciones, conocimiento profesional elevado, disciplina y comprometidas con lo que se hace en la institución, demuestran la valía del trabajo en equipo.
Paciente de mayor estadía hospitalaria en Cuba
Fue una lucha intensa, alguien dijo que un vía crucis: Ya está de alta la enfermera de Caibarién que arribó al país procedente de Venezuela el 14 de marzo. Así la conoce Cuba. Su nombre: Yaquelín Collado Rodríguez, paciente de más larga estancia de terapia intensiva en Cuba; uno de los pocos casos trombolizados en la Isla.
Ingresó en el hospital Militar Manuel Fajardo el 24 de marzo al dar positivo los estudios de PCR. Padeció neumonía viral por Covid-19, estuvo 59 días hospitalizada, 37 de ellos en servicio de terapia intensiva. Debido al síndrome de distress pulmonar severo se traslada a terapia intensiva donde fue asistida 30 días por un ventilador mecánico, predictor de mortalidad elevado en gran parte de los pacientes en el mundo. En dos ocasiones pretendieron retirarlo, con intentos fallidos por situaciones inestables de la función respiratoria de la paciente.
Cumplió con el protocolo establecido por el país para estos enfermos: Kaletra, Cloroquina, Interferón Alfa2b Recombinante, anticuerpo monoclonal. Tuvo neumonía nosocomial tratada con varios medicamentos de amplio espectro. Además cuatro dosis de eritropoyetina, como citoprotector para la anticoagulación profiláctica y antiterapéutica. En un momento se necesitó aplicar la trombolisis. La mayoría de estos medicamentos creados y concebidos por la ciencia cubana.
Para la recuperación de la función pulmonar se utilizaron técnicas de ventilación correspondientes con las imágenes de la tomografía axial computarizada y Rayos X. El 27 de abril fue necesario hacerle la traqueotomía.
Actualmente posee carga viral negativa, luego de tres análisis realizados el 27 de abril, el 30 del propio mes y el 20 de mayo. A pesar de ser un caso recuperado de Covid-19 se decidió mantener ingresada para mejorar su estado general con fisioterapia, chequear de forma constante sus padecimientos de base: hipertensión y diabetes. Su alta tiene un seguimiento preciso para establecer las posibilidades de tratamiento terapéutico con células madres para garantizar la rehabilitación de la estructura pulmonar, producto de las secuelas de fibrosis pulmonar, además de otros medicamentos.
Yaquelín, la paciente
Yaquelín sonríe, se le salen las lágrimas también. Levanta sus brazos, parece que quiere abrazar a Alejandro Trolla Gutiérrez, el enfermero intensivista que tuvo a su lado.
Creí que no pronunciaría palabras, que después de los avatares pasados durante casi dos meses solo tendría fuerzas para mirar con aliento y eso bastaría. Pensé que solo haría algún gesto que interpretaríamos, en cambio habló.
“Estoy mejor, he pasado por mucho, he sentido en medio de mi gravedad el calor humano de mi país. Un equipo grande ha estado al tanto mío todo el tiempo. Me han escrito desde Venezuela, donde era colaboradora, pacientes y compañeros de misión, les agradezco su preocupación y agradezco mucho más haber nacido en este país, sino no hubiera salido de la enfermedad”, le vi en sus ojos sentimientos encontrados: felicidad, desahogo, sosiego y algo de nostalgia por dejar a quienes la salvaron y son sus colegas.
“Sigamos adelante luchando y apoyando, pido solidaridad. Me espera la vida, estuve casi del otro lado y estoy viva porque soy cubana”, dijo, en sus palabras era perceptible el aliento de quien ha sanado, su voz se escuchó clara, a pesar de la distorsión de un proceder tan agresivo como la traqueotomía.
Yaquelín sabe que de no vivir en Cuba fuera un cadáver. Si fuera ecuatoriana hubiera muerto en las calles, si fuera brasileña nadie la reconocería, si radicara en Estados Unidos hubiera sido desconectada del ventilador.
Pero es cubana y en Cuba los pacientes de Covid-19 llegan a tener a su lado a más de 20 especialistas, otro número de enfermeros especializados, grupos multidisciplinarios de expertos y tratamientos con medicamentos y medios diagnósticos especializados en el ámbito internacional, los que en cualquier otro lugar del mundo cuesta millones y en la Mayor de las Antillas son absolutamente gratuitos.
El Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, también compartió este sábado la alegría de millones de saber recuperada, de vuelta a la vida y a su hogar, a la enfermera villaclareña Yaquelín Collado Bermúdez, quien tras casi 60 días de duro batallar venció a la Covid-19.
La enfermera internacionalista que padeció en formas muy graves la COVID-19 y mantuvo en vilo al país, ya está de vuelta a la vida y a su hogar y agradece haber nacido en Cuba, de lo contrario no hubiera salvado la vida #CubaSalvaVidas https://t.co/naYPyL5pwk Via @Granma_Digital
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) May 23, 2020
En su cuenta oficial en la red social Twitter, el mandatario cubano escribió este sábado a primera hora: “La enfermera internacionalista que padeció en formas muy graves la COVID-19 y mantuvo en vilo al país, ya está de vuelta a la vida y a su hogar y agradece haber nacido en Cuba, de lo contrario no hubiera salvado la vida. #CubaSalvaVidas”.
Toda una guerrera, Collado Rodríguez fue dada de alta el viernes último del Hospital Militar Manuel Fajardo, en Villa Clara, donde permaneció ingresada durante 59 días, la mayor parte de estos en la sala de cuidados intensivos, resultado que puede considerarse una verdadera proeza médica.
Camino a casa y con el lógico agotamiento provocado por la larga estadía hospitalaria, tuvo fuerzas para expresar: “Agradezco haber nacido en este país. Si no fuera así, creo que no hubiera salido con vida”.