La Base Nacional de Urgencias Médicas, subordinada al Ministerio de Salud Pública de Cuba, como apoyo al enfrentamiento a la COVID-19 trasladó hasta el cierre de abril 163 casos, tarea para la cual cuentan con un personal preparado tanto en la atención a los pacientes como en las medidas de bioseguridad a seguir.
Tania Torres Peña, directora de la base, explicó a la prensa que cuentan con un parque de 15 ambulancias, cuatro de las cuales se utilizan actualmente para la transportación de los enfermos.
El personal del lugar ha sido capacitado para enfrentar estas situaciones; aunque el trabajo en esencia no se modifica, sí son diferentes los protocolos a seguir, los cuales se actualizan a medida que se conoce más sobre la pandemia, refirió.
Los pacientes que se trasladan en estos medios son aquellos que necesiten ir de una institución hospitalaria a otra o recibir altas clínicas, en cada caso quienes los atienden cuentan con todos los insumos médicos como bata, sobrebata, mascarilla y caretas.
En los centros de salud están las condiciones creadas para proceder a la desinfección de los vehículos antes de que estos regresen a la base, no obstante al finalizar el día todos los transportes son desinfectados nuevamente dentro del mismo local, destacó Torres Peña.
Como promedio, referentes a la COVID-19, se reciben diariamente entre 16 y 10 llamadas diarias para solicitar el traslado de pacientes en ambulancias de esta base, explicó Marialys Morales, licenciada en enfermería, quien recibe las peticiones.
Sobre el tiempo de respuesta, Torres Peña explicó que puede abarcar hasta una hora, en primer lugar debido a que no es una emergencia y porque las medidas de bioseguridad requieren que los profesionales dediquen un tiempo prudencial a vestirse con la protección necesaria.
Cuando se trata de una emergencia de apoyo vital avanzado, desde que se recibe la llamada hasta que llega al hospital puede demorar un poco más, pues el proceso de acoplar el ventilador siguiendo todos los protocolos es complejo, agregó.
Hasta la fecha solo se ha trasladado entre instituciones a un paciente de COVID-19 ventilado, y gracias al cumplimiento estricto de todas las medidas ningún trabajador se contagió de la enfermedad, declaró.
Para el control de los medios se cuenta con un sistema de comunicación por planta radial y uno de GPS que permite conocer en tiempo real dónde se encuentra cada ambulancia.
La Base Nacional de Urgencias Médicas ha brindado su apoyo para operaciones como el traslado de los cruceristas del MS Braemar (a mediados de marzo), así como la evacuación de dos pacientes extranjeros confirmados positivos en coronavirus, un estadounidense y un canadiense, desde el Instituto de medicina Tropical Pedro Kourí hasta el aeropuerto.
Para Osniel Pantaleón Gómez, licenciado en enfermería, quien participó en la operación del crucero, el trabajo diario es complejo y está marcado por la incertidumbre de estar tan cerca de una enfermedad contagiosa, es por ello que extremar las medidas constituye una prioridad.