Cuando la pandemia coronaviresca se ensaña con la humanidad, las familias cubanas se convierten en un destacamento de refuerzo del ejército de batas blancas y verdes.
Juana Chávez fue de las primeras en formar fila en el distanciamiento social. Desde su máquina de coser «disparó en ráfagas» nasobucos hasta quedar protegidos, sin mediar un centavo, sus vecinos y personas de barrios cercanos, en el poblado de Pina, de la provincia de Ciego de Ávila.
Ahora la educadora jubilada vive más tranquila, pero no confiada por el hecho de que el municipio de Ciro Redondo haya tenido un solo caso positivo a la Covid-19 y haga cierto tiempo del alta hospitalaria de su coterráneo.
Otro compatriota nombrado Fernando Sánchez Rodríguez pasa largas jornadas atrincherado en las redes sociales. Reconoce que «la batalla de ideas es un arma poderosa contra el adversario, porque esta lucha es también de cara a los indisciplinados que, por su negligente actuación, puedan expandir la enfermedad», comenta el licenciado en periodismo.
Él es el líder de un núcleo familiar. Lidia, su esposa, ayuda en los quehaceres del hogar-taller creado para la cuarentena. El joven Fernando Fidel, informático y diseñador, aporta la idea que impulsa al trío hacia la ofensiva en la contingencia sanitaria, en la capital avileña.
«Mi hijo me sugirió revertir el aplauso solidario que le damos cada noche a los trabajadores de la Salud, en útiles para proteger sus vidas», afirma el artífice principal de la fabricación de pantallas protectoras para el personal directo en la atención a los pacientes.
«Estos medios de protección personal poseen un soporte plástico de alta dureza aunque son también flexibles, sobre cuya base impresa en tercera dimensión 3d, colocamos láminas plásticas transparentes.
«Una parte del recurso para fabricarlas fue facilitado por la dirección de la Empresa de Cepillos y Artículos Plásticos Cepil; también nos ayudaron en el establecimiento de materias primas, el Consejo de Defensa Municipal y su zona Sur, y la sección sindical de la cadena de tiendas TRD Caribe, todos de la ciudad cabecera».
Afirma que el primer lote producido beneficia al colectivo del policlínico Sur, de la capital provincial, donde apoyaron a los creadores y agradecieron su altruista contribución, las doctoras Yudianela Castellón y Yusimí Barberán, y Yuri Nieto, subdirector del centro.
Otros profesionales del sector gratifican a los cooperantes porque les resulta útil el nuevo medio para la seguridad y salud en el trabajo. «Mi respeto y admiración para ustedes, expresó María Oslaida Bosque Ramírez, licenciada en enfermería, del hospital provincial Antonio Luaces Iraola.
Y la familia Sánchez Ojeda deja un rato la cuarentena para irse al frente de batalla a donarles las nuevas «armas» al colectivo del hogar de ancianos, encuentro en el que estuvo presente Agneris Cruz, directora de Salud en el municipio de Ciego de Ávila.
En tanto, el donativo entregado a la doctora Katiusca Hernández, favorece al personal que ella encabeza en la clínica estomatológica docente, aledaña al parque zoológico.
¡Que perlas!
Un grupo llamado Decoradoras Las Perlas brilla en la Ciudad de los Portales. Magyoli Vázquez, una de las integrantes de ese equipo de trabajadoras no estatales, explica que una iniciativa fructifica gracias a la cooperación de los miembros del CDR número tres, de la circunscripción 17, en el Consejo Popular Indalecio Montejo.
La cederista Ana Gloria Soto se encarga allí de recoger entre los vecinos hilo, elástico, recortería de tela y placas de rayos x que ella lava. Mientras que Ileana Vázquez confecciona las máscaras protectoras y otras compañeras hacen los nasobucos.
Dichas máscaras forman parte del instrumental en el Laboratorio Provincial de Microbiología. Una donación solidaria de las artesanas cuentapropistas y la gratitud de Ileana Pérez Parrado, Enrique Nerey Romero, Elvio Luis Mata y otros trabajadores ocupados en la toma de muestras de las pruebas rápidas y del PCR, y su traslado hacia el Laboratorio de Biología Molecular de Villa Clara.
Además, la contribución de Las Perlas es agradecida también en la casa de niños sin amparo familiar, la farmacia de Bembeta, el Consultorio del Médico de la Familia 32, perteneciente al policlínico Norte, y el hospital provincial Antonio Luaces Iraola.
Las familias antivirales también merecen aplausos, por la contribución al distanciamiento social y a la protección de quienes permanecen en las zonas rojas o en primera línea de combate contra la Covid-19.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.