“Es difícil llevar a la práctica el lema que hoy oímos repetidas veces como campanadas de iglesias: ‘¡quédese en casa!’. Digo difícil, para aquellos (me incluyo) que gran parte del tiempo debemos salir continuamente por asuntos de trabajo. Hay tantas gestiones que hacer…no nos alcanza el tiempo…y ahora, por los motivos que todos conocemos, debemos mantenernos en ‘casa’, porque salir a la calle puede conducirnos a la muerte”.
Así expresó el prestigioso cantautor Augusto Blanca, integrante de una generación de músicos cubanos descendientes del rico legado trovadoresco de la Isla que transformaron y renovaron la canción cubana.
Fundador, junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, del célebre Movimiento de la Nueva Trova, dentro del cual sus creaciones son reconocidas como fundamentales, el también actor aseguró que cuando hizo “conciencia de la advertencia de quedarse en casa me dije: ¿qué hago ahora?…y de a poco llegué a la conclusión de que era el momento de “dedicarle” el tiempo a todo aquello que fui dejando de hacer por “no tener tiempo”.
“Comencé —expresó— por ponerme a escuchar montones de discos de música que aun ni siquiera le había quitado el celofán que los cubría; luego, me puse a organizar archivos de canciones a medio hacer y a terminarlas, abrí cajas conteniendo cientos de fotos sin catalogar y ¡por fin tenía el tiempo para comenzar a escribir la pospuesta idea de un anecdotario que hace años estaba por hacer. Y en eso también estoy ahora”.
La vinculación de Blanca al teatro no ha sido solo como actor. También ha compuesto música para la escena y fundó un movimiento teatral que vinculó la trova y el teatro: Teatrova. En esta disciplina ha sido reconocido por la crítica y los especialistas.
En su prolífica labor siempre ha contado con el apoyo de su esposa Rosy. “Ahora también, ella y yo (que vivimos solos) nos hemos puesto a analizar montones de asuntos que siempre eran dejados para conversar luego. Nunca he sido muy amante de llamar por teléfono (siempre se encarga mi compañera) a nadie, a no ser por asuntos de trabajo, llamadas que no pasaban de dos minutos. Sin embargo, por estos días he abierto mi libreta de teléfonos y he hablado con amigos y familiares que hacía mucho tiempo que no los llamaba ni sabía de ellos…en fin, ahora, en esta tregua necesaria me he planificado, para realizar todo aquello que no hacía por no tener tiempo.
El también diseñador de escenografía, vestuario, luces y atrezzo, para el teatro, enfatizó: “Me siento protegido, confiado y agradecido de vivir en Cuba, que día a día nos muestra a nuestro presidente y todos los ministros (nasobucos mediantes) informando abiertamente a todo el país las medidas que se van tomando para enfrentar la Covid-19: cómo repartir lo poco que tenemos para que nadie quede desprotegido, haciendo ‘de tripas corazones’”.
La labor de este laureado músico para las artes escénicas en puestas destinadas a los niños, los jóvenes y los adultos ha estado vinculada, además, a Teatro Estudio, Teatro Mío, Okantomí, Trébol y otras compañías en más de 90 obras teatrales. También ha escrito obras para las tablas, como Romance Arlequín y Corista, Triada bajo la luna llena.
Acreedor de numerosas distinciones y reconocimientos, entre ellos las medallas por la Cultura Nacional, por los 10 años de la Nueva Trova, y la Alejo Carpentier, además del Diploma al Mérito Artístico otorgado por el Instituto Superior de Arte y las placas Nicolás Guillén y José María Heredia, y la Distinción Majadahonda, Augusto se mantiene atento a las informaciones que sobre la Covid-19 se trasmiten a través de los diferentes medios:
“Cada mañana, me planto delante de la televisión para escuchar al doctor Francisco Durán dándonos detalladamente el parte de cómo va todo, y reiterando cuánto debemos protegernos. Si por alguna razón, muy necesaria, salgo de mi aislamiento. Agradezco el trabajo que están haciendo nuestros responsables del orden público, quienes nos protegen y le advierten sobre peligro que corren a las personas inescrupulosas que desacatan las orientaciones que son, precisamente, para cuidarles la vida”.
En tal sentido, el autor de más de 15 discos subrayó: “Vivo en una zona menos conglomerada y realmente son pocas las personas que transitan innecesariamente, pero he visto por la televisión la indolencia de algunos que ponen en peligro la vida de muchos. Estoy totalmente de acuerdo que se tomen medidas severas con aquellos que insisten en tales comportamientos. A cada momento se advierte sobre el uso del nasobuco y lo peligroso de este virus y muchos se confían y ‘¡guerra anunciada no mata soldados!’, luego, a lo mejor, ya es tarde para tales desafiantes”.
Como trovador y actor, este emprendedor artífice ha llevado sus proyectos musicales a cerca de una treintena de países de América Latina, Europa, África y el Caribe, donde ha compartido escenarios con figuras de la canción como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Vicente y Santiago Feliú, Noel Nicola, Sara González, Joan Manuel Serrat, Miriam Ramos, Lázaro García, Víctor Jara, Daniel Viglietti, Víctor Heredia, Ángel e Isabel Parra y Nora Blanco, y con actores y actrices como, René de la Cruz, Yanara Moreno, Corina Mestre y María Eugenia García entre otros. Su amplia discografía lo confirma como músico experimentado y renovador del lenguaje trovadoresco cubano.
“Cada noche —enfatizó—, mi esposa y yo aplaudimos por mi ventana a los médicos, trabajadores de la salud en Cuba y a los que ayudan a otros países más necesitados, sin pedir nada a cambio, a riesgo de sus propias vidas, a todos nuestros silenciosos guardianes generosos que nos protegen cada día. ¡Yo…me quedo en casa! y ocupo todo mi tiempo confiado en que volverán tiempos mejores”
La obra de este destacado trovador que actualmente continúa vinculado al Grupo de Teatro de Muñecos Okantomí también forma parte de diversas antologías de la trova cubana y de la canción latinoamericana. Una de las últimas producciones discográficas en que participó fue el disco Definitivamente Jueves, ediciones Egrem, donde junto a Ariadna Amador puso música a los versos del poeta Waldo Leyva, interpretados, entre otros, por Silvio Rodríguez, Isaac Delgado, Sara González, Miriam Ramos, Liuba María Hevia, Santiago Feliú, Rochy Ameneiro y los propios autores musicales .
Canciones suyas forman parte del repertorio de destacados intérpretes de Argentina, Venezuela, Alemania, Uruguay, Perú, México, Chile, Brasil, entre los que se encuentran, además de los más importantes intérpretes cubanos, Juan Carlos Baglietto, Chris Dooer , Nora Blanco Miriam Quiñones.
Entre los premios obtenidos por Augusto se encuentran varios Caricato, de la Uneac; La Edad de Oro, por la música del poemario El Pescador de la Luna; el Gran Premio Rita Montaner; diferentes lauros en los festivales de habaneras y de Teatro para Niños, así como en distintas ediciones de Cubadisco, entre ellas el Premio Especial por la musicalización del poemario Indefinidas confesiones, de Antonio Guerrero. También recibió el Premio Nacional de Música de la Uneac y ostenta la condición de Ídolo Pendiente de la Ciudad de Banes, máxima condecoración de este pueblo, por su labor artística y por ser Hijo Ilustre de ese municipio que lo vio nacer en el año 1945.