Los tiempos así lo dictaron y la plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte, por esta vez, no acogió al mar de pueblo que se reúne allí cada Primero de Mayo, no se llenó de música, pancartas, o el ruido natural de una Cuba que quiere gritar sus victorias. Esta vez todo es más tranquilo.
La idea era que cada cual se quede en sus casas, que fomentemos el aislamiento social para evitar el contagio de la Covid-19, pero como para los trabajadores de esta plaza, ese es su hogar, dónde mejor celebrar este día.
“Muchos me llamaron para saber qué haríamos, cómo celebraríamos el Día Internacional de Trabajadores y en lo que coincidimos fue en venir y limpiar y poner el audio con el himno, con músicas que nos recordaran la fecha”, explica María de los Ángeles Rodríguez Manresa, directora del complejo escultórico.
Un primero de mayo sin desfile a muchos les suena raro, así como ver una plaza de la Revolución sin personas. Isabel Cisneros Herrera, fundadora del lugar, es de las que ha vivido cientos de desfiles desde que labora en la plaza. “Hoy es un día importante y este siempre ha sido el epicentro de los festejos, así que debíamos venir para mostrar lealtad y patriotismo”, señaló.
Para José Medina Machado, quien lleva 15 años laborando allí, este es un mayo atípico sin la multitud acostumbrada, pero “por ese pueblo que luego volverá estamos aquí limpiado, embelleciendo la plaza que es de todos”.
Iyolexis Jordán Díaz extraña la multitud y el colorido de días como este, pero, como asegura, “ellos están desfilando en la plaza en nombre de todo el pueblo agramontino. Cada cual lo hace en su casa y esta es la nuestra. No podíamos dejar de venir aquí, cantar el himno vivir la fiesta a nuestra manera”.
La plaza ha sido testigo y protagonista de diversos momentos históricos, hoy se suma al cumplimiento de las medidas higiénicas, para como asegura Rodríguez Manresa, “ya volverán más primeros de mayo y los celebraremos con la alegría de siempre”.