“Cuando pase todo, escribiré nuevas páginas que tendrán una narrativa diferente porque hablaré de aquellos hombres y mujeres de la salud; de los científicos, investigadores y trabajadores por cuenta propia que contribuyeron a insuflar salud física y espiritual a nuestro pueblo”, dijo Alicia Valdés Cantero, reconocida musicóloga, profesora e incansable promotora cultural.
Activa en el sector cultural desde el inicio de su carrera en 1973 y hasta la fecha, fundamentalmente a través de la investigación sobre la música, la también presidenta de los coloquios internacionales Boleros de Oro y Danzón Habana, precisó: “Me indigna la indisciplina de algunos, la desfachatez de otros y la irresponsabilidad de tantos que a diario están en las colas, muchos de ellos revendedores de los productos de primera necesidad que la dirección del país trata de ubicar para beneficio del pueblo.
“Y aunque me asfixia el uso del tan necesario nasobuco y me agota el lavatorio de ropa durante varias veces al día”, son medidas orientadas para preservar la vida y que todos debemos respetar”, añadió.
Con respecto a la acción del Estado cubano y del Ministerio de Salud Pública en el enfrentamiento de esta pandemia, Alicia enfatizó: “¡Cuánta sabiduría, talentos, voluntades, inteligencia puestas al servicio de nuestro pueblo y los de otros muchos países! ¡Cuántas potencialidades para resolver los problemas! ¡Cuántos organismos aportando soluciones y alternativas!”.
La también fundadora de los proyectos socio-culturales La Bella Cubana y Presencia Simplemente, que promueven el legado de la mujer en la cultura nacional y la canción trovadoresca, respectivamente, reconoció que “desde hace más de un mes me mantengo expectante y llena de temor. El Coronavirus, esa pandemia monstruosa que ha virado mi mundo al revés y el de todos, y el aislamiento físico y social a que nos somete, me mantiene abatida porque impide que vea a mí Familia con la frecuencia acostumbrada, no obstante hablar con ella en más de una ocasión, vía telefónica”.
Autora de cinco libros y miembro del Consejo Nacional de la Uneac y del ejecutivo de su Asociación de Músicos, desde la cual dirige la sección de Musicología, esta prolífica creadora dijo que “los aplausos merecidísimos de las 9.00 p.m., a los médicos y al personal en general la salud, me han hecho reflexionar. Yo, con tiempo para el desaliento egoísta individual, y otros, con todo el tiempo del mundo para insuflar salud colectiva aun a costa de sus propias vidas».
“El privilegio de vivir en Cuba —agregó— y al lado de su gente, el orgullo de haber trabajado con intelectuales enormes, y la posibilidad de estar junto a la máxima dirigencia de nuestro país compartiendo ideas en bien del crecimiento de la cultura nacional y el turismo internacional, la misma que se desvela hoy por devolver al país el sosiego, me hace sentir avergonzada por mi individualismo inicial”.
En tal sentido señaló que “el trabajo investigativo, uno de los ejercicios fundamentales que sostienen mi vida profesional desde hace 47 años, me reprocha el abandono al que lo que sometí tras la llegada de la Covid-19. Estuve tan atormentada que dejé de pensar en él. Aún no lo creo. Dos proyectos de investigación sobre relevantes compositoras cubanas y la apertura de una nueva sala de conciertos que aspiro a convertir en un sitio de referencia cultural de la capital, son ideas que hoy me acompañan y me mantienen activa”.
Alicia ha desempeñado cargos de dirección a nivel nacional que ha sabido articular con una obra constante de creación, promoción y gestación. ”En mi libro personal que me acompaña desde hace algunos años, aparecen escritas cientos de páginas hermosas que leo con frecuencia y que he aprovechado estos días para compartirlas con amigos íntimos y familiares”.
Acreedora de importantes distinciones, como la de la Cultura Nacional, la Gitana Tropical y la Raúl Gómez García; así como de la Medalla 23 de agosto que entrega la FMC y el reconocimiento El tulipán del Cerro por su contribución al desarrollo socio-cultural del mencionado territorio, la dinámica feminista de esta destacada intelectual está aferrada a la opinión de que el triunfo de la batalla contra esta pandemia “dependerá del trabajo continuo y, sobre todo, conjunto, unido, porque la fuerza y el talento de una sola persona jamás será comparable con la de muchos en la búsqueda de objetivos comunes. Este es el momento de ser disciplinados, de unirnos, desde el confinamiento en nuestro hogares, a cumplir y vigilar porque quienes nos rodean también cumplan las orientaciones y medidas para preservar nuestras vidas”.
Finalmente, la celosa defensora y promotora del patrimonio musical de la nación cubana, expresó su preocupación por las personas más vulnerables al Coronavirus, entre ellas sus familiares más allegados: “me mantengo con el corazón en la boca porque la salud de mi esposo no es la mejor. Mi madre, que hace todos los quehaceres de su casa, ya tiene 91 años que hay que cuidar. Mi presión a veces se descompensa y mi diabetes, también. Por eso debemos de cuidarnos todos, permanecer en casa, con la fe de que esta pesadilla pronto habrá terminado…”