Aislamiento social, prevención y solidaridad son algunas palabras de orden en tiempos de la Covid-19. Estas frases, habituales y necesarias, si aspiramos a controlar ese letal virus, deben ser apoyadas por todos los estratos sociales del país. La familia es una de esas murallas en las que se apoya la nación para superar este difícil trance.
En el capitalino barrio del Casino Deportivo, la familia Argote Madrigal se suma a esta vital campaña. Conocen que solo con responsabilidad Cuba derrotará a una pandemia cuyos tentáculos aprisionan al mundo.
“No ha sido fácil. La enfermedad no distingue entre niños, adultos y personas mayores. Debemos interiorizar la necesidad de aislarnos. A nadie le gusta, y más conociendo lo afectuoso que somos los cubanos. Ahora toca ser disciplinados y consecuentes con las medidas adoptadas por el gobierno”, asevera Beatriz Madrigal, Mayor del MININT y madre de los niños Miguel y Abel Argote de nueve y cinco años, respectivamente.
“En estas jornadas aprovechamos para efectuar en casa juegos de mesa, conversar y, por supuesto, ver y llevar a practica las teleclases. Excelente idea si aspiramos a que los niños refresquen conocimientos”.
Sostiene que aislamiento social no se traduce en olvido. Existen alternativas que permiten la comunicación y el apoyo.
“Acá en el barrio los vecinos nos comunicamos por teléfono. Igual hacemos con nuestros familiares. Solo salimos lo necesario y cumpliendo las medidas higiénico-sanitarias. El nasobuco ya forma parte de nuestra rutina y mucho lo agradecemos”.
Por su parte los pequeños de la casa tratan de volcar su inagotable energía entre juegos didácticos y lecturas infantiles. Claro, siempre se extraña retozar en las aceras y parques de la localidad.
“Veo los muñequitos y juego con mi hermano Abel. Él solo tiene cinco años, pero le gustan mis soldaditos. También tenemos campeonatos en red. Utilizamos los celulares. Eso nos gusta mucho. Quisiéramos salir a correr y practicar fútbol, pero hay que estar en casa. Cuando esto acabe retozaré hasta más no poder”, esboza con una gran sonrisa Miguel Argote, pionero de cuarto grado de la escuela primaria Celia Sánchez Manduley.
Son tiempos difíciles. La pandemia alcanza todas las fronteras repartiendo dolor, muerte y ansiedad. En Cuba varias son las maneras de enfrentarla, frenarla y vencerla. Una de ellas es la familia, sólida muralla de una sociedad donde la salud es un derecho de todos.