La acción de ir a buscar los casos positivos de personas en las cuales el virus ha hecho mella, o mejor evitar que el mal aflore, bien puede considerarse el borde delantero de la batalla que múltiples fuerzas libran contra la COVID-19.
Tal labor la desarrolla el personal de la atención primaria de salud, nivel de cobertura médica que en Cuba significa un tesoro y tiene como principio ese pensamiento martiano de que la verdadera medicina no es la que cura, sino la que precave.
Una familia de 1 330 pobladores, cerca de un 40 % de adultos mayores, tiene la doctora Yanet Yudith Leyva Gómez desde hace cinco años en la demarcación del Consejo Popular Latino, del municipio del Cerro.
Para realizar las pesquisas en cada hogar del barrio y reforzar los cuidados de los vecinos del consultorio No. 6, la joven especialista en Medicina General Integral suma los esfuerzos de un quinteto de estudiantes de Ciencias Médicas que encabeza Jessica López Terrero, alumna de 4to año de Medicina en la Facultad Salvador Allende en el propio municipio.
El combate intenso contra el nuevo coronavirus foguea a estos muchachos, futuros médicos. Han logrado rapor con la población, a la que muchas veces esclarecen de noticias falsas que circulan en redes sociales y medios de prensa mal intencionados. El paso de los días brinda fruto: hoy la confianza en ellos es mucho mayor.
También aprenden con la doctora Yanet, quien les traspasa experiencias del tiempo en que ella estudiaba y tuvo que enfrentar algunos brotes de dengue.
«Las jornadas son de lunes a lunes; no puede ser de otra manera si en juego está la salud y la vida. De ello está consciente la Doctora: “
“El consultorio abre con el comienzo del día para brindar atención general, entre esta al programa materno infantil. Visitar el 100% de las casas e indagar por el estado de salud de todos los que las habitan se vuelve una prioridad. Para ello se necesitan las mañanas, las tardes y más. Somos más fuertes gracias a que al empeño se han unido enhorabuena las organizaciones de masas y los delegados del Poder Popular.
“El pesquisaje activo arrojó un caso de Infección Respiratoria Aguda. De inmediato lo remitimos al Hospital Luis Díaz Soto (Naval); localizamos a los contactos directos del enfermo. Todos recibieron los protocolos médicos requeridos, y afortunadamente los resultados de las pruebas al SARS CoV-2 fueron negativos”, apunta la médica de la familia.
La realidad aporta enseñanzas. El porcentaje notable de pacientes asintomáticos exige el desarrollo de un sexto sentido por parte de quienes intervienen día a día en el nivel primario de salud. “Esa tendencia nos lleva a apelar a la comunicación constante con los pobladores y al aislamiento social de ellos como efectiva fórmula de prevención.”, afirma la galena.
Por estos días el barrio se muestra apacible. La doctora Yanet transita sus calles y ve por el camino a un hombre de la tercera edad a quien le indica con énfasis: “José Luis, #QuédateEnCasa.” Llega una vez más a la puerta de Rafael Garcés Abreu, anciano con discapacidad que se aproxima a los 70 años de vida, y vive solo. Un sinnúmero de consejos decisivos para salir adelante recibe el paciente; este los escucha y corresponde con agradecimiento. La gratitud se ensancha justo a las nueve de la noche, cuando de casi todos los balcones y portales brotan una ovación y potentes aplausos que parecen salidos del cercano Estadio tras un jonrón con bases llenas. Y la doctora solo atina a decir que ese reconocimiento de cada noche la emociona, le eriza la piel, la compromete.