Mientras los médicos cubanos llegan a Italia para ayudar a nuestros trabajadores de la salud, el embargo bloquea la llegada de respiradores y ventiladores artificiales a Cuba. Alzamos la voz y detengamos el bloqueo.
El sistema de salud cubano es uno de los mejores del mundo, tiene mejores resultados que muchos «potencias», por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil más baja que en los Estados Unidos, la mayor esperanza de vida en toda América Latina. Se basa en un principio, establecido por la reforma de 1959, de servicio nacional de salud gratuito, con una medicina territorial muy fuerte y una multiplicidad de campañas de prevención. La universidad es gratuita y está abierta a jóvenes de todo el mundo. Cuba tiene 30 mil médicos en sesenta y siete países. Hoy más, visto que nos están ayudando en Europa.
Desde 1992, el año del endurecimiento del bloqueo por parte de los Estados Unidos, se han hecho numerosos planes para garantizar este derecho a los cubanos a pesar de la dificultad de encontrar medicamentos, renovar equipos, etc.
Es de estas horas la noticia de que el fabricante de respiradores y ventiladores artificiales ya no los vende en Cuba. El mantra Trumpian de las sanciones ataca nuevamente.
Los médicos de la brigada internacional cubana están en nuestros hospitales, en las salas curan, buscan soluciones contra el virus invisible, nos hablan del mundo como una patria común y solidaria. No es difícil imaginar que, al mismo tiempo, piensan en su hogar, en sus conciudadanos, preguntándose cómo estarán igualmente bien, si no pueden recibir equipo médico.
Por supuesto que lo harán, pero ¿nosotros, seremos capaces de levantar la vista más allá de nuestros temores y ver los efectos del bloqueo, el embargo, las sanciones impuestas a muchos países en dificultad en el mundo? Descubriremos que esas sanciones no afectan a los gobernantes ni a las formas de gobierno, sino a los pueblos y su condición, esas sanciones hacen retroceder el bienestar de la salud que tanto se ha ganado en Cuba o la esperanza de un cambio en Irán o Siria.
Agradecemos a los médicos cubanos, les agradecemos, celebramos la llegada de la segunda brigada, nos sentimos atendidos y mimados por quienes vienen de lejos y lo hacen sin arrogancia, sin precio. Tenemos que agradecerles a ellos y a su isla, y por eso queremos, porque esperar no es suficiente, que la voz de nuestro país se alce, sin más vueltas, para decir fin al embargo, basta de sanciones a los pueblos.
En momentos en que todos hablan sobre el nuevo mundo que tenemos que diseñar, comencemos con este gesto, preciso, como una verdad simple.