El papa Francisco expresó este domingo en Ciudad del Vaticano que este no es tiempo de indiferencia, porque el mundo entero sufre y tiene que estar unido para afrontar la pandemia de la COVID-19.
En su Mensaje Pascual y la bendición Urbi et Orbi (de la Ciudad al Mundo), el Sumo Pontífice pidió que Jesús resucitado conceda esperanza a todos los pobres, a quienes viven en las periferias, a los refugiados y a los sin techo.
Procuremos —apuntó— que no les falten los bienes de primera necesidad, más difíciles de conseguir ahora cuando muchos negocios están cerrados, como tampoco los medicamentos y, sobre todo, la posibilidad de una adecuada asistencia sanitaria.
Francisco abogó a favor del relajamiento de las sanciones internacionales, las cuales impiden a los países afectados “ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada”, así como también por la reducción o condonación de la deuda a las naciones más pobres.
A continuación, el papa se refirió a la situación provocada por la difusión de la COVID-19 en algunas regiones como el llamado viejo continente, donde “la Unión Europea se encuentra frente a un desafío histórico del que dependerá no sólo su futuro, sino el del mundo entero”.
Al instar al organismo regional a no perder la ocasión para demostrar solidaridad, afirmó que esa “es la única alternativa al egoísmo de los intereses particulares y a la tentación de volver al pasado”, con peligro para la convivencia pacífica y el desarrollo de futuras generaciones.
También puntualizó que este no es tiempo de división y clamó porque “Cristo, nuestra paz, ilumine a quienes tienen responsabilidades en los conflictos, para que tengan la valentía de adherir al llamamiento por un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo”.
En ese sentido, se pronunció contra la fabricación y venta de armas, el terrorismo en varios países de África y por la solución pacífica de conflictos que involucran a países como Siria, Yemen, Iraq, Líbano, Israel, Palestina y Ucrania.
El máximo dirigente de la Iglesia Católica pidió igualmente a favor de las poblaciones de Asia y África que atraviesan graves crisis humanitarias, y por las numerosas personas refugiadas y desplazadas a causa de guerras, sequías y carestías, muchos de ellos niños, que viven en condiciones insoportables, especialmente en Libia y en la frontera entre Grecia y Turquía. (Con información de PL)
Vergüenza, es el sentimiento que sentí al escuchar al Papa Francisco, hoy en el Vaticano (con tanto lujo y tanto techo), pidiendo por los más necesitados, hambrientos, sin techo, niños refugiados… Por favor….