El 75 % de todas las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, es decir, se transmiten de los animales —ya sean domésticos o silvestres—, a los humanos.
Así lo afirma la Declaración del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) sobre la COVID-19, publicada este lunes en la página digital de esa organización y dedicada a la pandemia que actualmente gravita sobre la población mundial, considerada por los científicos de carácter zoonótico.
Al fundamentar las razones por las cuales resultan tan elevados los índices de transmisión de este tipo de enfermedades, la entidad recuerda que la actividad humana ha alterado prácticamente todos los rincones de nuestro planeta, desde la tierra hasta el océano; y afirma que, a medida que continuamos invadiendo implacablemente la naturaleza y degradando los ecosistemas, ponemos en peligro la salud humana.
Ello se debe a que “la salud de las personas y la salud de nuestro planeta están íntimamente conectadas”, según se afirma en el documento, suscrito por Inger Andersen, directora ejecutiva de la mencionada agencia de Naciones Unidas.
De acuerdo con el texto, el PNUMA trabaja sobre esta problemática en estrecha colaboración con sus aliados, a fin de aumentar el conocimiento científico sobre los vínculos entre la estabilidad de los ecosistemas, el medio ambiente y la salud humana, incluidas las enfermedades zoonóticas.
Tras consignar que la prioridad inmediata en este momento es frenar la propagación de la COVID-19, la declaración afirma que “el virus requiere una respuesta ambiental sólida”, y expresa que la agencia se encuentra lista para prestar ayuda con su experiencia técnica en determinadas cuestiones de su competencia.
Andersen apunta que, en el contexto posterior a la presente crisis, y a medida que los Gobiernos apliquen sus propias medidas para la recuperación, el PNUMA continuará respaldando a los Estados miembros y otros asociados con el fin de «reconstruir mejor» y “aprovechar oportunidades para dar grandes pasos” mediante la aplicación de medidas guiadas “por los principios y estándares de producción y consumo sostenibles.”
La gestión segura de los desechos peligrosos, la custodia sólida y global de la naturaleza y la biodiversidad, y el claro compromiso de «reconstruir mejor», crear empleos verdes y facilitar la transición hacia economías neutras en carbono, serán clave para un futuro resiliente y sostenible y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, “el futuro que todos queremos”, concluye afirmando en su declaración la directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente.