“Debemos de estar atentos a la actualidad que vive el mundo y a la vez cumplir disciplinadamente las medidas sanitarias orientadas por el Ministerio de Salud Pública y la dirección del país, entre ellas permanecer en casa, salir a la calle solo a gestiones imprescindibles, sin romper el aislamiento social, lo cual es una de las maneras más efectivas de controlar esta pandemia y así evitar que se propague entre la población”, dijo el reconocido tenor Bernardo José Lichilín Márquez (La Habana, 1966), solista del Centro Nacional de Música de Conciertos.
El simpático vocalista, una de las voces más aplaudidas del selecto elenco que bajo la dirección artística del colega Julio Acanda se presenta en el emblemático centro nocturno El Gato Tuerto, en la capital —ahora incorporado a la necesaria cuarentena para enfrentar el Covid-19—, precisó, además, que tiene “fe en que logremos erradicar el Coronavirus. Vemos con alegría que tanto en el prestigioso Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, como en otros centros de la salud en diferentes provincias, que muchos pacientes evolucionan positivamente y una buena cantidad ya están dados de alta.
“En ese logro de la medicina cubana —agregó— está la preparación y capacidad científica del personal médico formado por la Revolución, que bien merece ese aplauso de todos cada noche, a las nueve en punto. Gracias a ellos, y al resto de los profesionales y trabajadores de la salud, desde un auxiliar de limpieza hasta el galeno o investigador más humilde, así como los que arriesgan su vida en el exterior, nos sentimos verdaderamente protegidos”.
Graduado en el Instituto Superior de Arte en 1998, y aplaudido en importantes escenarios de Austria, España, México, Perú, Estados Unidos y Cuba, Lichilín enfatizó: “Reconocimiento aparte merecen los trabajadores de la Empresa de Comunales encargados de la limpieza de las calles y la recogida de Basura, porque es notable ver que ha mejorado la higiene urbana. Ojalá que la población tome conciencia y no sea tan indolente en arrojar a las vías todo tipo de desechos que, en última instancia, afectan nuestra salud”.
Artista con un consolidado prestigio profesional, cuyos orígenes se remontan a su infancia, cuando con seis años de edad subió por vez primera a un escenario, exhortó “a las autoridades competentes, particularmente ante esta crítica situación, a adoptar medidas severas con los ciudadanos que contribuyen indisciplinadamente a crear reservorios de virus en calles, escaleras de edificios, guaguas y hasta en baños sanitarios de instituciones estatales. Estos son actos vergonzosos que humillan al pueblo”.
Entre los méritos más sobresalientes de Lichilín se encuentra su recurrente presencia en apartadas zonas de la geografía nacional, con importantes exponentes del bell canto, así como su disposición altruista de llevar su arte a cualquier lugar donde se le solicite: centros de trabajo, escuelas, espectáculos conmemorativos…