Todo está dispuesto. Las sábanas están limpias, las comidas son a su hora. Un médico y una enfermera les atienden tres veces al día. “Nada puede salir mal”, piensa Helen Ríos Milanés, quien acompañada por su esposo y sus hijos Luis Miguel de 4 años y Lis Marían de 10 meses, llegó a Cuba el 24 de marzo procedente de Cancún, México.
Su vuelta a la isla no fue como en otros viajes, esta vez fueron dirigidos al motel La India, de la Empresa de Alojamiento Camagüey y uno de los tres centros de aislamientos con que cuenta la provincia y que hasta la fecha acogen a 156 personas que residen en Cuba.
“Yo prefiero estar aquí, dice Helen. Los niños tienen ganas de jugar, pero aquí nos cuidamos nosotros y protegemos a la familia. Nosotros vivimos con mi tía que es ya mayor y el coronavirus es algo serio y es necesario tomar conciencia”.
Víctor Peña González, un guajiro cubano, como él mismo dice, y con residencia en Estados Unidos también, se apuró para venir a su tierra a protegerse del coronavirus. “Aquí uno se siente seguro, puedes tener mascarillas, allá ya no hay ni en las tiendas.
“Desde que llegué se me ha tratado bien, tres veces al día un médico viene a consultarme. La alimentación y las condiciones son perfectas, nos mantenemos informados y con la familia hablamos constantemente. Esta era una medida muy útil, es lo mejor para proteger a mi nieto, a mi familia. Ya cuando salga nos podremos abrazar, porque estaré seguro de que estoy bien”.
Luego del 24 de marzo todo el que entre a Cuba debe permanecer bajo vigilancia 14 días en centros de aislamientos. El campismo Las Clavellinas y los moteles La India y el del municipio Guáimaro, son los tres primeros que se acondicionaron para esta tarea en el territorio agramontino.
Según informó Reinaldo Pons Vázquez, director provincial de Salud, “estos centros, al tener cabañas, nos permiten aislar incluso a pasajeros de diferentes vuelos y familias, porque no podemos mezclarlos para poder tener un correcto control de foco”.
En la unidad Las Clavellinas, como señaló Luis Ulloa García, director del campismo, se cuenta con el aseguramiento necesario para atenderlos. El propio personal que labora en dicha entidad es el mismo que atiende a los viajeros, por lo que fueron debidamente preparados para el empleo de las medidas de seguridad y protección contra la Covid-19.
El doctor Maximiliano Méndez Torres está al frente del puesto médico y como señala, el protocolo es vigilarlos para detectar cualquier síntoma respiratorio. “A los que tienen enfermedades de base se les garantiza el tratamiento médico y aquellos que presenten fiebre o algún otro padecimiento se les traslada para el hospital Amalia Simoni”, apuntó.
La promoción de salud es otra de las acciones que se hace, ya que es necesario que los que se encuentran en las instalaciones de este tipo comprendan la importancia de protegerse y de proteger a los demás.