El impacto que la epidemia del Covid-19 ha tenido en el entorno laboral ha llevado a que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierta que no se trata solo de una emergencia sanitaria, sino que “las perturbaciones a nivel económico y social ponen en peligro los medios de vida a largo plazo y el bienestar de millones de personas”.
Es por ello que “la OIT y sus mandantes –gobiernos, trabajadores y empleadores– tendrán un papel decisivo en la lucha contra el brote, pues han de velar por la seguridad de las personas y la sostenibilidad de las empresas y los puestos de trabajo”.
En tal sentido han diseñado propuestas acerca de lo que cada parte de su esquema tripartito podría hacer.
¿Qué pueden hacer los trabajadores?
- Para una acción rápida y efectiva es esencial un diálogo social flexible y productivo.
- Las organizaciones de trabajadores pueden tener un papel importante participando en la adopción de decisiones y en las respuestas de política a la crisis del COVID-19. Pueden contribuir en las tareas de prevención, y en la protección de los trabajadores mediante la difusión de información fiable. Asimismo, pueden promover la solidaridad y la no discriminación y/o estigmatización de los trabajadores y las personas enfermas.
- Habida cuenta de que el COVID-19 se propaga sobre todo a través de las partículas procedentes del sistema respiratorio, es imprescindible mantener estrictas consignas de higiene en el lugar de trabajo, entre otras, el lavado sistemático de las manos y el uso de desinfectante para las manos y las superficies.
- Hay que evitar tocarse la cara, y hay que cubrirse la boca al toser o estornudar. En caso de malestar, es preciso aislarse y recurrir a asistencia médica.
- Se debe fomentar el comportamiento responsable, cooperar con las medidas de respuesta, y guardar la calma. Asimismo, se debe promover la solidaridad y la no discriminación y/o la estigmatización de los/las colegas enfermos.
¿Qué pueden hacer los empleadores?
- Instruir a sus trabajadores y comunicarse con ellos con regularidad.
- Reforzar las buenas prácticas de higiene y adoptar las correspondientes precauciones de seguridad.
- A ser posible, designar un equipo de gestión de emergencias.
- Vigilar la situación a diario.
- No dejar de animar a quedarse en casa a los miembros del personal enfermos; mandar a su domicilio a quien esté enfermo.
- Tener presente las múltiples y diversas leyes y políticas relacionadas con el coronavirus y sus consecuencias en el lugar de trabajo, y preparar planes de contingencia.
- Suspender o limitar los viajes de negocios.
- Someter a cuarentena al personal que pueda haber estado expuesto.
- Plantearse la posibilidad de que los miembros del personal no esenciales trabajen desde casa.
A los Gobiernos han recomendado la adopción de medidas urgentes, a gran escala, y coordinadas basadas en tres pilares: proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo, estimular la economía y el empleo, y sostener los puestos de trabajo y los ingresos.
Esas medidas incluyen la ampliación de la protección social, el apoyo para mantener el empleo (es decir, el trabajo a jornada reducida, las vacaciones pagadas y otros subsidios) y la concesión de ayudas financieras y desgravaciones fiscales, en particular a las microempresas y pequeñas y medianas empresas. Además, en la nota se proponen medidas de política fiscal y monetaria, así como préstamos y ayuda financiera a sectores económicos concretos.