Entre conferencias, talleres, encuentros con expertos, profesionales y docentes se desarrolla, desde este lunes hasta el próximo 26 de marzo, el Curso de Posgrado Internacional de Periodismo audiovisual.
Convocado por el Departamento de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (Fcom) y el Instituto Internacional de Periodismo José Martí; y a tono con la recientes celebraciones por la Jornada de la Prensa Cubana, el intercambio pretende fomentar la actualización en torno a los escenarios fundamentales del presente para el ejercicio del Periodismo y su impacto en el Periodismo audiovisual, además de socializar experiencias en torno a este último.
En las instalaciones del Centro de Superación, situado en la Avenida de los Presidentes entre 21 y 23, Vedado, fue inaugurado el diálogo entre profesionales del gremio con la temática Evolución vs desaparición: ¿Sirve de algo el Periodismo audiovisual en esta era? Polémicas, tendencias y plataformas culturales desde donde mirarlo, conducido por los doctores en ciencias de la Comunicación Zenaida Costales y Carlos Alberto González, que tuvo como eje temático una mirada autocrítica a los materiales periodísticos audiovisuales de hoy y su vinculación con la cotidianidad real del cubano, sus expectativas, experiencias; además de abordar la interrogante de cómo hacer un periodismo más humano y cercano que logre conectar con las audiencias.
En días venideros se impartirán conferencias magistrales por reconocidos integrantes del sector, como Periodismo audiovisual en la web; por el Dr.C. Miguel Ernesto Gómez Masjuán y La crónica, el reportaje; a cargo de los licenciados Yosley Carrero y Lázaro Manuel Alonso.
La tarea que acucia a los periodistas consiste en «hacer un mejor periodismo audiovisual», para lo cual es necesario «hacer más reporterismo propio, cubrir más aspectos de la comunidad, emitir mayor cantidad de piezas mejor elaboradas, proveer las historias de mejores fuentes y dedicar más tiempo a la elaboración de las historias»; acorde con González.
Por su parte, Costales agrega que hay que modificar «la manera de contar la izquierda, porque nadie lo va a hacer mejor que nosotros. La radio y la televisión son medios que llevan la impronta de la realidad; si no se parecen a mi país, si yo no me sé apropiar del cuento de mi nación, entonces no hay periodismo cubano». La mejor manera de hacer este último es reflejar en los medios los verdaderos «sonidos e imágenes de Cuba».
Según la también profesora de Fcom, el periodismo cubano adolece de testimonios salidos del corazón, de reportajes que excedan la zona de confort del buró y cuenten más historias cercanas a la cotidianidad que conecten con el lector, oyente o espectador al verse reflejados en ellas como protagonistas; de trabajos que muestren el esfuerzo -y a las personas- detrás de un diploma otorgado, de una visita oficial o de un colectivo vanguardia.
Ya el periodista no es el dueño de la noticia, «pero sí podemos secuestrar el relato» y ese «no lo sabemos construir»; aunque «siempre hay uno que hacer: en medio de todo siempre hay una persona interesante capaz de poner el dedo en la llaga» y «esa historia de vida conduce al relato; el relato lleva al cuento y nosotros tenemos que saber hacer el cuento».