Más allá de los tratamientos que se están aplicando para combatir el nuevo coronavirus que se expande de manera vertiginosa por el mundo, Cuba cuenta con lo que podría denominarse un “antivirus” potente para enfrentar este mal: un conjunto de fortalezas que nos convierten tal vez en el país más preparado para enfrentar este tipo de contingencia.
Y esa situación favorable se sustenta en el legado del Comandante en Jefe, quien diseñó e implementó un sistema de salud universal, gratuito y de calidad; promovió la formación de médicos y otros trabajadores del sector con un alto sentido humanista, solidario y despojado de mercantilismo; concibió un programa de atención primaria que acercó la salud al ciudadano; e impulsó con visión de futuro y audacia, incluso en los años más difíciles del período especial, la creación de importantes centros científicos del más alto nivel que han alcanzado renombre internacional por sus productos de diagnóstico y farmacéuticos.
En tan sólidas bases se asienta el Plan de Prevención y Control de la Covid-19, que involucra a todos los factores de la sociedad, promueve la información oportuna al pueblo y su capacitación, para que actúe de manera consciente y responsable, y colabore de manera activa en esta batalla que se gana entre todos.
El sistema de salud cubano que ha acumulado una vasta experiencia en el enfrentamiento a epidemias como el H1N1 y el ébola, no se confía ni baja la guardia, sino pone en práctica todas las medidas para enfrentar el nuevo coronavirus.
Mientras en algunas naciones la reacción ante esta amenaza es aislarse en las casas, aquí se está realizando algo que se asume como muy natural, pero que no se hace en otras partes del mundo: convocar al pueblo y a los trabajadores a audiencias sanitarias en los barrios y colectivos laborales para que sepan cómo actuar ante esta contingencia. He ahí otra fortaleza de la Revolución que ha puesto siempre en el centro al ser humano.
Otra acción inédita es el pesquisaje activo que realizan en los hogares los médicos y enfermeras de la familia y el que se efectúa en los centros de trabajo, para detectar a tiempo los casos sospechosos, lo que contribuye a evitar la propagación del virus.
Lo primero en la salud, dijo Fidel, es la seguridad que sienten las personas cuando la tienen garantizada. Todo el cubano que lo requiera tiene a su alcance de manera absolutamente gratuita las pruebas diagnósticas para determinar la presencia o no del Covid-19, y si estas dieran positivo, se les garantiza la atención del más alto nivel en los centros destinados a ese fin, sin que le cueste un centavo. No ocurre así en el poderoso vecino del norte, donde millones de ciudadanos no tienen acceso a la salud y además el alto costo de una prueba diagnóstica es impagable para muchos.
Cierto es que falta un número de medicamentos a causa de las presiones del bloqueo impuesto por Estados Unidos, pero ello no está asociado al enfrentamiento al nuevo coronavirus. Nuestra industria farmacéutica asegura la producción de los 22 fármacos ya probados en el tratamiento de la Covid-19, y de alta eficacia, como el Interferón Alfa 2B Humano Recombinante que tan buenos resultados obtuvo en la República Popular China, y se labora en la investigación y desarrollo de nuevos productos.
Si algo ha caracterizado siempre a la Revolución es que sus logros no los reserva para sí, sino los comparte con quienes lo necesiten. En ello nos educó también Fidel, quien creó el Programa Integral de Salud que ha llevado la medicina cubana a numerosos países de todos los continentes y fundó el Contingente Internacional Henry Reeve especializado en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, cuyo loable desempeño le ganó el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud.
En cada una de las misiones médicas los trabajadores cubanos del sector se han ganado el cariño de los pacientes, por su profesionalidad y entrega desinteresada al cuidado de su salud, valores que defendió el Comandante en Jefe para esta profesión.
Hoy nuestros galenos laboran en más de 60 naciones, en algunas de las cuales hay casos de coronavirus, y cada integrante de esas brigadas está capacitado para combatirlo.
Con sus acciones el Gobierno cubano le está trasladando al pueblo tranquilidad, esperanza y confianza en que este nuevo obstáculo será vencido. Lo aprendimos de Fidel para quien el enfrentamiento a cada dificultad se convertía en un punto de partida para lograr metas superiores.
La unidad de acción y de pensamiento mediante la coordinación de esfuerzos desde las máximas autoridades del país hasta el más humilde de los ciudadanos le irán cerrando el paso a la Covid-19.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …
que bueno es saber que mi pais esta tan bien preparado para esta enfermedad y todo lo que este por venir , no cabe duda que : si se pudo,si se puede y si se podra siempre ; por eso yo fidelista y comunista hasta la muerte