En cuanto se enteró de que era inminente la llegada del nuevo coronavirus, de que ya en Cuba se asumían medidas para prevenir su diseminación, Grisel Pérez Santiesteban, administradora de la atelier La Ópera, en la ciudad de Camagüey, pensó que había que hacer algo.
“Las personas necesitan protegerse, pero el nasobuco no es algo que usualmente se comercializa, así que reuní a las costureras y les dije que debíamos confeccionar algunos para venderlos”, comenta Pérez Santiesteban. «No esperaron órdenes de arriba, buscaron los listados de precio y se pusieron manos a la obra, mas la demanda ha sido tal, que ya suman unas 200 unidades diarias».
Para Alina Irola Irola, una de las 7 costureras que asume la misión, no es nada nuevo realizar tareas titánicas como esta. “Cuando fue necesario coser los uniformes escolares, también lo hicimos. Los nasobucos no son tan complejos, pero llevan trabajo”.
Ante la necesidad y la ausencia de tejido para ello, Grisel decidió emplear la tela de unos juegos de dormir de lento movimiento que guardaban en almacén. “Eso provoca que nos demoremos más ya que hay que descoser primero”, señala.
En Camagüey, según informó Reinaldo Pons Vázquez, Director de Salud Provincial durante la presentación del plan para la vigilancia epidemiológica, se confeccionarán 50 mil nasobucos a cargo de entidades como la Industria Ligera y la Empresa Militar Industrial, Planta Mecánica Mayor General Ignacio Agramonte.
No obstante, es un material que necesita ser lavado constantemente o en cuanto se humedezca. Razón que guía a muchas personas a adquirir más de uno.
La Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de mascarillas en el caso de las personas que presentan síntomas de la Covid-19 y en los de quienes cuidan a personas que tienen síntomas como tos o fiebre.