La Organización Internacional del Trabajo posee una estructura sui géneris. Sus miembros son los Estados, aunque, en igualdad de condiciones, están incorporados los representantes de los trabajadores, de los empleadores y los Gobiernos. Esto la convierte en la única organización tripartita en la ONU.
Sus órganos de gobierno son la Conferencia Internacional del Trabajo que se reúne anualmente, y el Consejo de Administración que sesiona tres veces al año.
En la actualidad la integran 187 Estados. Cuba fue uno de los 11 latinoamericanos que participó en su fundación, en 1919. Desde entonces ha integrado la directiva del Consejo de Administración en 14 períodos de tres años: unas veces como Miembro Adjunto y otras como Miembro Titular.
Entre las funciones del organismo multilateral se encuentran las de “establecer normas del trabajo, desarrollar políticas y concebir programas”. En ese sentido ha impulsado la aprobación y ejecución de 190 convenios, ocho llamados Fundamentales y otros de mayor especificidad.
[box title=»Convenios de la OIT ratificados por países» box_color=»#c6e4cf» title_color=»#0f0d0d»]
Total (190) | Fundamentales (8) | Gobernanza (4) | Técnicos (178) | |
Cuba | 90 | 8 | 2 | 80 |
Alemania | 85 | 8 | 4 | 73 |
Argentina | 81 | 8 | 3 | 70 |
Chile | 63 | 8 | 2 | 53 |
Austria | 54 | 8 | 3 | 43 |
Canadá | 37 | 8 | 3 | 26 |
EE. UU. | 14 | 2 | 1 | 11 |
| fuente: www.ilo.org |
Cuba ha refrendado 90 convenios y un protocolo, 72 de ellos están en vigor. Cada una de esas rúbricas demandó de una compleja labor de evaluación e instrumentación, tema abordado por Trabajadores en su conversación con la jurista Miriam Lau, directora de Relaciones Internacionales y Comunicación Social en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, quien desde el 2001 atiende la participación de Cuba en la OIT y ha sido miembro de la delegación cubana que asiste a las Conferencias Internacionales del Trabajo.
¿Cuál es el proceso para suscribir un convenio o protocolo de la OIT?
Tal como establece el artículo 19 de la Constitución de la OIT, cada uno de los Miembros está obligado “a someter (suscribir) el Convenio, en el término de un año a partir de la clausura de la reunión de la Conferencia”, momento en el que se presenta luego de varias evaluaciones por parte de los expertos de las naciones y de la OIT.
En el caso de Cuba, los convenios internacionales son examinados por la Comisión Coordinadora de Tratados, coordinada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, e integrada por representantes de otros ministerios, diversas instituciones y organizaciones de la sociedad civil, como la CTC, por ejemplo.
La evaluación que allí se realiza es exhaustiva, pues Cuba tiene la responsabilidad, como ha sucedido en los últimos 60 años, de cumplir con la palabra empeñada y para ello tenemos que armonizar esos instrumentos internacionales con la legislación y las prácticas nacionales.
¿Cuba tiene algún convenio pendiente de aprobación?
En estos momentos se está ejecutando el trámite de sumisión del Convenio no. 190 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo; así como la Recomendación no. 206 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
¿Qué participación directa ha tenido Cuba en los instrumentos legales que se han discutido en la OIT en los últimos años?
Cuba es muy activa en la OIT, es algo que la organización ha reconocido. Podría citar muchos ejemplos de participación, pero solo mencionaré tres cercanos en el tiempo: la discusión de la Recomendación no. 205 sobre el empleo y el trabajo decente para la paz y la resiliencia, en el 2017; y en el 2019, las del Convenio no. 190 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo y la Recomendación no. 206 sobre el mismo tema.
¿Qué tema se evaluará este año?
Este año, en la 109.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, prevista para junio, la discusión general tendrá como ejes las desigualdades en el mundo del trabajo; las competencias y el aprendizaje permanente; y una discusión (recurrente) sobre el objetivo estratégico de la protección social (seguridad social), con arreglo al seguimiento de la Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa.
Además, como parte de la política normativa de la OIT, se derogarán ocho convenios internacionales del trabajo, y se retirarán otros nueve convenios y 11 recomendaciones que han caído en desuso.
Cuba fue uno de los Estados fundadores de la OIT. Participó de la Comisión del Trabajo establecida por la Conferencia de Paz en 1919. ¿Qué letrado fue el encargado? ¿Qué legado jurídico de él ha quedado en Cuba?
El 28 de junio de 1919 se firmó el Tratado de Paz de Versalles que puso fin a la I Guerra Mundial y propuso la creación de la Sociedad de las Naciones y de la OIT.
De los 32 Estados miembros originarios de la Sociedad de las Naciones, más de un tercio (11 para ser exactos) eran latinoamericanos (Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay).
Solo un jurista de la región integró la Comisión redactora de los Estatutos, el cubano Antonio Sánchez de Bustamante y Sirvén, quien más tarde tuvo un papel destacado en la conformación del derecho internacional americano.
Sánchez de Bustamante firmó el Tratado de Paz de Versalles como delegado plenipotenciario del entonces Presidente de la República de Cuba, Mario García Menocal. También fue Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y Canciller de durante el Gobierno de Gerardo Machado y Morales (1925-1933), etapa en la que se le cuestionó su complicidad con los atropellos cotidianos de que fueron víctima estudiantes y la sociedad cubana en general.
No obstante, es innegable su aporte a la Convención Americana sobre Derecho Internacional Privado, adoptada en La Habana el 20 de Febrero de 1928, durante VI Conferencia Panamericana. Ese instrumento se conoce como el Código de Bustamante y aún está vigente en la región para dirimir los conflictos en esa área del Derecho.
Vale aclarar que en esas primeras décadas de la OIT, Cuba ratificaba los instrumentos internacionales, pero luego no los cumplía en la práctica nacional.
El avance tecnológico marcará el futuro del empleo en el mundo ¿Cómo se prepara Cuba para esa realidad?
Para Cuba los cambios tecnológicos —entendidos por la OIT como inteligencia artificial, automatización y robótica— no representan un problema a solucionar, pues la tecnología, bien aprovechada, puede simplificar los procesos del trabajo y ampliar la participación en la producción y oferta de servicios. Además, con el proceso de envejecimiento poblacional que vivimos, la tecnología pudiera facilitar la incorporación de muchas personas al trabajo o su permanencia en él. También, podría facilitar la producción de bienes y la prestación de servicios.
¿Qué importancia le concedes a la OIT?
La OIT necesita modificar y perfeccionar algunos de sus métodos de trabajo, fundamentalmente los referidos a los órganos de control para dejarlos libres de politización, doble rasero, o selectividad, males que a veces se expresan a la hora de enjuiciar a un Gobierno.
Las normas internacionales que allí se discuten y aprueban están encaminadas a proteger y garantizar los derechos de los trabajadores, aunque lamentablemente no se alcanzan en todo el mundo. A pesar de ello, es importante que cuenten con el respaldo internacional de la OIT. En estos momentos, por ejemplo, se trabaja en los objetivos de desarrollo sostenible y la Agenda 2030. Uno de los puntos es garantizar el pleno empleo productivo, libremente elegido y el trabajo decente para todos.
Hay muchas cosas que se pueden mejorar en la OIT, pero aún puede desempeñar un importante papel para el mundo.
[box title=»Principales temas abordados en las Conferencias Internacionales del Trabajo (CIT) entre 2014 y 2019″ box_color=»#bbecd2″ title_color=»#0f0d0d»] [/box]