Karla Duarte, estudiante de Periodismo. Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.
Liadagmis (Lia) Povea, joven pinareña natural de San Juan, es la número uno en Cuba y se encuentra entre las cuatro mejores del mundo en su especialidad (triple salto), a pesar de ser más baja (1,60 metros) que las tres primeras del listado del orbe: Yulimar Rojar (1,92 metros), Caterine Ibarguen y Shanieka Ricketts(ambas rondan los 1,80 metros).
¿Cómo llegas al equipo nacional de atletismo y cuales han sido tus principales resultados?
Desde el 2013 a través de las captaciones en el Campeonato Nacional Juvenil, luego de obtener la medalla de oro. Desde el 2016 hasta el 2019 he ganado todos los nacionales de mayores.
¿Y a nivel internacional?
Plata en el Mundial Juvenil (Eugene, EUA, 2014). En 2015 obtuve la medalla de plata en el panamericano juvenil (14,08) en Edmonton, Canadá. En el 2018 bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, Colombia; y en el 2019 bronce en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú.
¿Qué pasó en el último Mundial de Doha, Qatar (2019)?
Me confié, porque pedían una marca que para mí pasa de ser significativa. Estuve toda la temporada saltando entre 14,50 y 14,60 y la marca exigida para pasar a la final era 14,30. Exceso de confianza y las cosas no salieron bien.
Para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 tienes como pronóstico bronce ¿Qué piensas sobre esto?
Esa proyección no me debe de preocupar, porque he estado preparándome bien y si es bronce estaré contenta, pero quiero oro y estoy trabajando en base a eso.
Algunos han dicho que allí vamos a ver una pelea épica del triple salto ¿Cómo lo ves?
Todo parece indicar que así será, porque Caterine va a ir por su medalla olímpica, por su oro olímpico; Yuli también. Por sus resultados la jamaicana Shanieka Ricketts también puede aspirar al podio. Entre las tres primeras y yo vamos por la medalla de oro.
¿Cómo es tu relación con Yulimar y Caterine?
Con Yulimar es más fluida, nos llevamos bastante bien porque hemos compartido competencia desde el mundial juvenil del 2014 y de ahí en lo adelante creamos una amistad. Cuando voy a la preparación de la etapa competitiva en España, siempre compartimos, estamos siempre juntas. Iván Pedroso (su entrenador), al ser cubano, nos inculcó que además de ser rivales en la competencia, deberíamos ser amigas, porque es prácticamente hermano de mi entrenador Yoelbi Quesada. Ellos en los eventos también son rivales. Es alegre, siempre está contenta. Es divertida.
Voy a mayoría de las competencia sin mi entrenador, pero me incluyo al Team Pedroso.Yulimar y yo siempre estamos haciendo maldades, ambas somos muy traviesas. Tenemos eso en común, somos muy sociables y no importa el escenario que estemos, siempre haremos de las nuestras (sonríe).
Con Caterine no sucede lo mismo. No tenemos esa química, esa interacción entre una y la otra. Nos saludamos a la hora de la competencia y de ahí en lo adelante, nada más. Es más reservada. Se aleja un poco más de las personas. Fuera de la pista quizá interactúa un poco más con las personas.
¿Cómo calificas tu preparación hasta el momento?
Ha estado bastante bien. Me he preparado muy bien mentalmente. Después de lo que pasó en Doha vine más enfocada en hacer un trabajo con el psicólogo para levantar mi autoestima y continuar haciendo el entrenamiento del año pasado para ir puliendo cada uno de los errores.
Los conocedores del triple salto dicen que regalas muchos metros en la tabla ¿Ya resolviste este problema?
Estoy puliendo eso. Sinceramente no doy foul. Lo detesto y muchas veces me da miedo. De dar un foul despego de atrás o exactamente en la tabla. No es menos cierto que pierdo un poquito de centímetros en la tabla, pero siempre trato de asegurar cada salto.
Se dice que las triplistas deben ser altas, en tu caso no es así. ¿Cómo lo has asumido?
Si me comparo con las demás atletas soy la más baja en estatura, pero eso no es una limitante para mí. Tengo otras potencialidades como la velocidad y la potencia. Técnicamente estoy bien. Como soy pequeña las extremidades son más cortas y los movimientos del brinco y la combinación de brazos y pies me sale más fluidos.
El deporte no está hecho para personas chiquitas o grandes; el deporte es para todos. Quisiera romper la barrera de lo que podrán decir que “si es pequeña no puede ser buena”, que si “es más grande puede ser mejor”. Quisiera ser la excepción y también el aprendizaje para muchos, o sea que me tomaran como un ejemplo.