A punto de finalizar el 2019 – un año difícil y victorioso para la Isla – el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recorrió varios sitios de La Habana, ciudad que recientemente cumplió 500 años y continúa sanando las heridas dejadas por el tiempo.
De ese impulso que no se detuvo con el medio milenio de la Villa de San Cristóbal de La Habana, conoció el mandatario al visitar en la mañana de este último lunes de diciembre el Complejo Recreativo “Marcelo Salado”, emblemática institución habanera destinada desde siempre a la práctica de la natación y que ahora se abre, además, a otros fines.
Luego de cinco meses y veinte días de fuertes labores constructivas, el lugar recobró su esplendor, perdido tras años de deterioro y la estocada final del huracán Irma en septiembre del 2017, que asemejó el sitio a un “campo de batalla”.
El Jefe de Estado recorrió los restaurantes, bares, cafeterías, áreas de juego, el nuevo ranchón, el parque, la sala para fiestas y también las dos piscinas, una de ellas olímpica, completamente restablecidas y ya en funcionamiento para la práctica de deporte.
En el recorrido, las máximas autoridades del Partido y del Gobierno en la capital explicaron a Díaz-Canel que el “Marcelo Salado” forma parte de un proyecto de desarrollo local que – aun cuando su funcionamiento se parece a los demás Círculos Sociales de la ciudad – tiene otros conceptos de servicios, precios y autogestión. Según se supo, ahora comienza su puesta en marcha y próximamente se abrirá al público.
Allí el estadista elogió la belleza, el confort y la elegancia de sus locales; asimismo, reconoció la alta calidad de las ofertas a la población e indicó prever mantenimientos cada año para preservar el lugar y diseñar mecanismos “no engorrosos” mediante los cuales las personas puedan reservar y disfrutar junto a la familia en la nueva instalación.
Luego de apreciar las fotos del “antes y después” del Complejo, ubicado en la intersección de primera y 38, en el municipio de Playa, el Presidente de la República de Cuba precisó: “Esto es lo que tenemos que hacer, arrancarle pedazos a la chapucería”. Esto es expresión, agregó más adelante, de que podemos aplastar lo mal hecho.
El recorrido siguió luego por el Club 500, antiguo Círculo Social José Antonio Echeverría, en el barrio capitalino del Vedado. Encargada al Ministerio del Turismo, la instalación ya concluyó su primera etapa constructiva que incluyó el complejo de piscinas, una moderna discoteca, una sala de juegos para niños, las canchas de tenis y un gimnasio.
En un segundo momento, precisó Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la provincia, se rescatará también la casa patrimonial que forma parte imprescindible del lugar.
Finalmente y ya cercano al mediodía, el mandatario llegó hasta la finca Las Piedras, acreedora de la condición de Excelencia Nacional y la más destacada de la Cooperativa de Créditos y Servicios Efraín Mayor, del municipio de Guanabacoa. Guiado por el campesino líder del lugar, Alexander Alfonso, el Jefe de Estado recorrió, por ejemplo, las casas de cultivo tapado donde crecen hermosos tomates – con un rendimiento de 130 toneladas por hectáreas – destinados al turismo y también al consumo de la población del municipio y del resto de la capital.
Durante el periplo por la finca, que tiene un área de dos caballerías dedicadas sobre todo a las hortalizas y las frutas, Díaz-Canel fue puesto al tanto sobre las técnicas de agricultura sostenible que ponen en práctica, del tratamiento a las semillas, de la preparación de las tierras mediante tracción animal, de los sistemas de riego, del intercalamiento de cultivos y del proceso de comercialización que, a decir del destacado campesino, es donde más problemas encuentran.
En este punto, el Jefe de Estado señaló que en el año 2020 se le dará un “golpe” a todo lo que traba la economía cubana, tanto en el sector estatal como no estatal. Y, en consecuencia, pidió al productor enumerar lo que hoy obstaculiza su trabajo.
Entre esos frenos, Alexander Alfonso listó las intermediaciones en la comercialización que imposibilitan que el campesino lleve directamente sus productos al mercado, las dificultades con el transporte y el abastecimiento de combustible.
Al caminar por la finca, donde trabajan solo 14 campesinos, Díaz-Canel destacó la belleza y el entusiasmo que imperan en el lugar. “Así es como tiene que ser nuestra agricultura: ordenada”, dijo poco antes de despedirse del joven de 41 años que lidera el trabajo en Las Piedras, el mismo que habló durante el recorrido de compromiso, sentido de pertenencia, del estímulo a los agricultores y las ganas de hacer producir la tierra, enseñanzas todas de su padre, otro noble campesino que también acompañó este lunes los pasos del Presidente cubano.