Antonio Ortega del Sol y Argelio Abad Vigoa tienen varias cualidades que los hacen muy parecidos, ambos son dirigentes provinciales, el primero en el sector de Comunales y el segundo en la Geominera del Centro, pero hay una condición que los identifica por encima de cualquier otra: Delegado de Circunscripción del Poder Popular.
Ellos, sin dudas, son líderes comunitarios. Antonio en Jicotea, poblado del municipio de Ranchuelo, y Argelio en el Reparto Escambray, de Santa Clara.
Es reconocido que mantienen contacto directo y sistemático con sus electores, están al tanto de sus inquietudes, quejas, sugerencias y necesidades sentidas. Están conscientes de la autoridad que le da haber sido elegidos por el pueblo.
La relación con sus electores se logra a partir de despachos y reuniones de vecinos, rinden cuenta de su labor, no aceptan respuestas administrativas burocráticas, exigen soluciones, demandan a estos que expliquen las situaciones, a la vez que buscan alternativas para resolver en la medida de lo posible las quejas apremiantes
Como método para el ejercicio de esta función han decidido no recepcionar los planteamientos, sino transmitirlos y dar respuestas, pueden ser incluso cuestiones muy personales de sus electores u otras de la colectividad, pero con la capacidad de discernir y delimitar en qué canal está la posible solución.
Por ejemplo Antonio, a quien se le conoce como Tony, estuvo a pie de obra durante el arreglo de los viales del poblado Abad, logró la iluminación de la zona, solución de vertimientos de residuales de aguas albañales y el asfaltado de una parte de la circunscripción, entre otras cuestiones.
Estos dos delegados aseguraron, que el último proceso de rendición de cuenta fue difícil pero la asistencia superó el 85 % y la motivación estuvo en la forma en que esas asambleas se prepararon. “Hacer entender los efectos del recrudecimiento del bloqueo estadounidense y como consecuencia las carencias y las dificultades por las que atraviesa la economía cubana, fue complejo, mucho más en un escenario diverso como es el barrio”, manifestaron.
“Explicar a las electores las dificultades por las que ha transitado el país en los últimos meses y cómo ello ha influido en la labor de entidades y organismos, así como la importancia de cada decisión adoptada, requirió de pensamiento, pero se hizo con transparencia”, dijeron
Ambos son activos en sus respectivas Asamblea Municipales, órgano de nuestro sistema político desde el que se ejerce la función estatal y de gobierno, son además preocupados por la calidad de los servicios que se prestan en las diferentes entidades que están enclavadas en su circunscripción, cuando es posible propician la solución de los problemas a partir de iniciativas barriales.
Sus electores aprecian la capacidad de aclarar, dialogar, y debatir las circunstancias que los afectan entre ellas los viales de las zonas, las dificultades con la electricidad, el poco acceso a datos y otras cuestiones de la telefonía, asuntos de acueducto, transporte, precios, entre otras cuestiones que fueron las más denunciadas en el último proceso.
“En la circunscripción pueden resolverse muchos problemas, a veces la solución está a la vista de todos y convocando se llega a un acuerdo. Cuando el pueblo participa se establece la efectiva democracia, el delegado debe pensar con el barrio”, precisó Abad.
Para algunos Tony y Abad son magos, la realidad es que están muy lejos de ello, eso sí, se sienten representantes de los ciudadanos que los eligieron, han entendido la función social que juegan, buscan consenso, apoyo y establecen un vínculo real con sus electores, actitud que les proporciona la participación comunitaria en la solución de los problemas más apremiantes.
“Ser delegado es un mérito, un reconocimiento popular, pero ello entraña un compromiso mayor porque no fuimos electos para representar formalmente a quienes nos eligieron, hay entonces que entregarse con eficacia a esa labor fuera de las profesionales y sabiendo que ello no entraña privilegios personales”, puntualizaron.
Re: Antonio en Jicotea poblado de Ranchuelo, y Argelio en el Reparto Escambray, de Santa Clara.
Claro que sí los hay, nuestros pueblos y barrios tienen muchos ciudadanos como Antonio y Argelio, el reto es escogerlos y crearles un mínimo de condiciones, empoderarlos para que puedan ir dando respuestas locales, desatar la creatividad. Al mismo tiempo la experiencia nos obliga a evaluar el éxito de la gestión comenzando por ver si se logró recuperar y mantentener un simple parque, la bodega, el consultorio, la escuela, una calle, en fin todo lo que hace funcionalmente feliz la vida de la comunidad, su tradición y Revolución. Solo entonces y solo después de ello dar rienda suelta a lo novedoso y experimental, evaluar positivamente lo nuevo cuando la gestión se traspase al próximo delegado empoderado en la continuidad con un inventario que solo reconoce una gestión de sumar el objeto social, lograr un inventario que solo reconozca el éxito cuando incluya el cuidado de lo que siempre hubo en la localidad, «todas esas diminutas y entrañables felicidades de entrega de una generación a otra. Admitir una evaluación positiva si esta prescribe «la resta o faltantes comunitarios como algo negativo e inaceptable al culminar una gestión social.
Pienso que cosas así no serían tan difíciles para compartir alegrías con nuevos Antonios y Argelios, saber que existen nos da confianza en la continuidad y futuro.
Gracias.