Naproxeno, dipirona, nutriforte, sales de rehidratación oral, alprazolán… son medicamentos que tal vez usted, un amigo o un familiar necesiten y no siempre encuentren en la red de farmacias del país aunque son de producción nacional, buena parte de ellos en el Laboratorio Farmacéutico Oriente (LBF) de la ciudad de Santiago de Cuba.
Saber que es así deviene espada de Damocles sobre los más de 700 trabajadores de esa entidad, perteneciente a BioCubaFarma, quienes tienen que enfrentar las limitaciones con la llegada de las materias primas, problemas con la tecnología y el acceso a piezas de repuesto, o falta de financiamiento para agilizar las inversiones previstas.
En lo que va de año, no obstante las carencias de todo tipo, el centro cumple con los principales indicadores económicos, logra exportar varios renglones y sustituye importaciones, resultados con los que saludan el Día del Farmacéutico Cubano, el próximo 22 de noviembre.
El regreso a la vida útil de los disolutores del laboratorio, para determinar el porcentaje de disolución de tabletas y cápsulas, del espectrofotómetro, para la cuantificación de sustancias y microrganismos, o el TOC, para la determinación de carbono total, son algunos de los más importantes aportes de quienes buscan una solución ante cada problema, con la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores a la vanguardia.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.