El hecho de que en la madrugada de este viernes partidos de oposición y del oficialismo llegaran a un denominado Acuerdo por la paz y una nueva Constitución, no pareció mitigar las protestas de la población, que reclama una Asamblea Constituye y plebiscito en el camino de una nueva Carta Magna.
Pero como señalan analistas, la ley fundamental requiere de un prolongado trámite para hacerse realidad, pero los chilenos exigen una gran cantidad de medidas de solución inmediata para enfrentar la pobreza y el endeudamiento en que vive una gran parte de la población, que han tenido una muy pobre respuesta gubernamental.
Estas pasan por aumentos de salarios y pensiones, mejoramiento de la educación y la salud públicas, reducción de los precios de servicios básicos como agua, electricidad y transporte, la eliminación de las empresas que han convertido los seguros de salud y de pensiones en un negocio, y otras muchas.
Al parecer los firmantes del acuerdo, en especial los partidos del gobierno y el propio ejecutivo, esperaban que por sí mismo, ese hecho sirviera para apaciguar el malestar popular.
Hoy la ministra portavoz del gobierno, Karla Rubilar, en contacto con la prensa dijo agradecer a los ciudadanos movilizados ‘que nos movieron, nos remecieron a nosotros’, pero añadió que ‘tal vez es mejor salir de la calle y dialogar en nuestros barrios, en nuestras poblaciones, cuál es el Chile que queremos’.
Y según expresó, el presidente Sebastián Piñera ‘está muy alegre de ver que estamos dando pasos firmes hacia avanzar al acuerdo por la paz, por esa paz social que es fundamental lograr para poder cimentar la justicia y poder cimentar el nuevo cambio constitucional’.
Tales declaraciones parecieron inauditas a muchos, teniendo en cuenta que Piñera no era partidario de una asamblea constituyente, de un plebiscito y menos de una nueva constitución, pero debió recoger cordel ante la intensa presión popular.
La realidad este viernes fue otra, pues desde las primeras horas de la tarde, cientos de personas comenzaron a congregarse pacíficamente en la ya bautizada Plaza de la Dignidad, pero fueron violentamente reprimidas con gases lacrimógenos y chorros de agua mezclada con gas pimienta por un numeroso contingente de Carabineros.
Y aunque en principio los manifestantes se replegaron lanzando piedras y otros objetos contra las fuerzas especiales de Carabineros, a las 19.00 hora local ya la plaza estaba repleta de personas portando banderas chilenas y mapuches y numerosas pancartas con las principales demandas, a pesar de los gases y los chorros de agua.
También Prensa Latina conoció de incidentes que se registraron durante la tarde de este viernes en el centro de la sureña ciudad de Concepción entre manifestantes y Carabineros, cuando alrededor de mil personas se concentraron en la Plaza de la Independencia.
Desde esa ciudad se reportó que varias personas fueron detenidas y por lo menos una resultó herida durante los disturbios.