Radicalización de la parálisis del país, masivas protestas e intentos gubernamentales de normalizar la situación, marcaron en Haití la semana que concluye este sábado, mientras la crisis se acentúa.
También esta semana, obreros textiles y personal de la salud colmaron las calles de esta capital con protestas antigubernamentales, y denunciaron la corrupción, además de un cambio completo al sistema neoliberal impuesto, para resolver la pobreza y la desigualdad.
Por su parte, Moïse insistió en la formación de un gobierno de unión nacional y reiteró que en estos momentos el país se encuentra en una encrucijada, ‘en la que podemos transformar esta crisis en una oportunidad’.
El mandatario invitó a la oposición a entablar un diálogo para poner fin a la actual crisis, al tiempo que señaló que una vacante en el Ejecutivo sumiría al país más en el caos en manos de las pandillas.
Sus palabras generaron rechazo en sectores opositores que divulgaron un nuevo calendario de movilizaciones hasta el próximo martes, y arreciaron el bloqueo de carreras interprovinciales, y las barricadas en las principales arterias de la capital.
La víspera, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, denunció que al menos 42 personas murieron, 19 de ellas a manos de policías, y 86 resultaron heridas desde mediados de septiembre, cuando debutó la nueva oleada de protestas y abogó por un diálogo entre haitianos.
En un comunicado, abogaron por un diálogo interhaitiano y expresaron su profunda preocupación por la prolongada crisis y por la ‘la capacidad de los haitianos para ejercer sus derechos fundamentales en materia de salud, alimentación, educación y otros’.
También la Federación de la Prensa Haitiana, denunció que casi in centenar de periodistas han sido víctimas durante los movimientos de protestas, y dos fallecieron.
La crisis sociopolítica que por dos meses se ha extendido en la pequeña nación caribeña, mantiene a más de dos millones de niños sin asistir a clases, varias empresas cerraron sus puertas o redujeron personal y se agudiza la inseguridad alimentaria que padecen casi tres millones de haitianos.