El Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) celebrará su XVIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno 25 y 26 de octubre, cuando se cumplen casi 20 años del unipolarismo que pretendió Estados Unidos imponer luego del derrumbe del campo socialista y la desintegración de la Unión Soviética.
La cita ocurrirá en Azerbaiyán, una ex república soviética que retomó su camino independiente y hoy es un importante factor económico y político en la región del Cáucaso, sobre todo gracias a sus riquezas petroleras y gasíferas.
El magno encuentro del Mnoal será en Bakú, la capital de Azerbaiyán, a la orilla del mar Caspio, con el reto de mantener vivo a un movimiento nacido al calor de la confrontación entre Washington y Moscú, la lucha contra el colonialismo, la consolidación de nuevas repúblicas independizadas de ese flagelo y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
El dignatario de Venezuela, Nicolás Maduro, entregará a su homólogo azerbaiyano, Ilham Aliyev, la presidencia del Mnoal, responsabilidad que el bolivariano asumió en septiembre de 2016 en la XVII Cumbre del Movimiento celebrada en Isla Margarita.
En esa oportunidad participaron más de un centenar de países miembros que refrendaron los principios de la Declaración de Margarita, entre ellos la refundación de la Organización de Naciones Unidas, el establecimiento de un orden mundial más justo y causas como la defensa del pueblo palestino, el fin del bloqueo a Cuba y la descolonización de Puerto Rico.
Raíces del movimiento
Fue en Indonesia, en 1955, donde tuvo lugar el primer intento de convergencia entre las naciones que años después formarían el Movimiento de Países No Alineados.
En la nación ubicada entre el sureste asiático y Oceanía se realizó la Conferencia de Bandung, con la participación de los presidentes Jawaharlal Nehru, Gamal Abdel Nasser y Achmed Sukarno (jefes de gobierno de India, Egipto e Indonesia, respectivamente).
Eran los estadistas de la primera generación postcolonial quienes definieron los principios bajo los cuales deberían sostenerse las relaciones entre naciones grandes y pequeñas.
Seis años después de Bandung se estableció el Movimiento en la I Conferencia Cumbre de Belgrado, Yugoslavia, celebrada del 1 al 6 de septiembre de 1961. El espacio geográfico de Bandung (dos continentes) se amplió.
Cuba, cuya naciente Revolución ya estaba bajo el asedio de Estados Unidos, fue el único país participante en calidad de miembro de América Latina y el Caribe.
La reunión de Belgrado marcó al Mnoal hasta hoy. Los criterios de la membresía le otorgan al Movimiento un principio de no alineamiento pero con carácter activo en la política mundial y con posiciones independientes, a despecho de ser países militarmente débiles y subdesarrollados. En síntesis, la voz del llamado Tercer Mundo.
Por ello desde la fecha el Mnoal se caracteriza por el apoyo a la autodeterminación de los pueblos, la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, la democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo socioeconómico y la reestructuración del sistema económico internacional.
También la no adhesión a pactos multilaterales militares, el desarme, y la lucha contra el imperialismo en todas sus formas y manifestaciones.
El Movimiento dio otro paso importante con la fundación en mayo de 1963 por parte de 31 países africanos independientes de la Organización para la Unidad Africana (OUA, actual Unión Africana), que consagraba el no alineamiento en África.
En pleno auge se celebró la II Conferencia Cumbre en El Cairo de 1964. Participaron 47 países miembros de pleno derecho, 10 observadores y 30 representantes de Comités de Liberación de naciones que aún no habían conseguido su independencia.
La II Conferencia aprobó un Programa para la paz y la colaboración internacional y el apoyo a la lucha contra el colonialismo, el racismo y el apartheid. También se redactaron los principios de la coexistencia pacífica.
Los mandatarios del Movimiento se reunieron en Lusaka, Zambia, en septiembre de 1970. Allí concurrieron 54 países miembros y varios representantes de Comités de Liberación.
Adoptaron la Declaración sobre la paz, la independencia, el desarrollo, la cooperación y la democratización de las relaciones internacionales.
Tal documento plasmó principios fundamentales del Movimiento, ente ellos la lucha por la paz, la acción contra el colonialismo y el racismo, la diplomacia como solución a los problemas, los esfuerzos por terminar la carrera armamentística y la oposición al establecimiento de bases militares en territorios extranjeros.
Además la realización de campañas en favor del aumento de autoridad de la Asamblea de la ONU, la aspiración a la independencia económica y la cooperación en pie de igualdad entre los países.
Lusaka emitió asimismo la Declaración sobre la no alineación y el progreso, que fija las normas de colaboración económica entre los países miembros, y las bases del Desarrollo de la Cooperación Regional, un programa de acción común.
Desde entonces el Movimiento, a nivel de jefes de Estado y Gobierno, se reunió en Argel, Argelia (1973); Colombo, Sri Lanka (1976); La Habana, Cuba (1979); Nueva Delhi, India (1983); Harare, Zimbabwe (1986); y Belgrado, Yugoslavia (1989).
Las últimas conferencias tuvieron lugar en Yakarta, Indonesia (1992), Cartagena de Indias, Colombia (1995); Durban, Sudáfrica (1998); Kuala Lumpur, Malasia (2003); La Habana, Cuba (2006); Sharm el Sheij, Egipto (2009); Teherán, Irán (2012) e Isla Margarita, Venezuela (2016).
En Bakú los mandatarios de los 120 países miembros tendrán ante sí un panorama mundial complicado, sobre todo por la política hegemónica de la administración de Donald Trump, unilateral y extraterritorial, que afecta a naciones del Movimiento.
Los conflictos en Siria, Afganistán, las secuelas del intervencionismo en Iraq, Afganistán y Libia, por citar algunos casos, también el bloqueo a Cuba y las sanciones unilaterales y extraterritoriales contra Irán y otras naciones, y la campaña de desestabilización y cerco a Venezuela, estarán de seguro en la agenda de la XVIII Cumbre del Mnoal.
Será un momento de revitalización para el Mnoal, cuando problemas viejos y otros de nueva impronta ponen de relieve la importancia estratégica de un movimiento que representa cerca del 55 por ciento de la población mundial y de dos tercios de los países miembros de la ONU.
(Tomado de Prensa Latina)