“El peor estallido social desde el retorno de la democracia a Chile (1990) no cede tras una violenta madrugada que dejó dos muertos y 716 detenidos”, afirma un despacho de la agencia francesa AFP, que además reporta nuevos incidentes este domingo en el centro de Santiago y otras ciudades del país.
Manifestantes encapuchados volvieron a enfrentarse con efectivos policiales en la céntrica Plaza Italia, en Santiago, fuertemente resguardada ante una jornada de rabia callejera que no cesa y refleja un extendido malestar social, dice la fuente.
“El pueblo unido jamás será vencido”, gritaban a coro los manifestantes, rememorando la consigna que se hizo notoria entre los defensores del partido Unidad Popular del presidente asesinado Salvador Allende y que luego acompañó las protestas contra la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Hasta la mañana de este domingo las manifestaciones contra el paquete de medidas económicas de corte neoliberal impulsado por el actual presidente, Sebastián Piñera, habían dejado 716 detenidos en todo Chile y dos mujeres muertas tras el incendio en un supermercado en el sur de Santiago, según balance oficial.
Los incidentes se generaron pese al toque de queda establecido a partir de las 22:00 h y del estado de emergencia decretado por Piñera, el cual se amplió más allá de la capital. Se supo que la mayoría de las universidades y los colegios habían suspendido sus clases de este lunes.
El toque de queda rige en las provincias de Santiago, Chacabuco, Puente Alto y San Bernardo. Implica la «suspensión de libertades personales» que en la práctica significa restricción del desplazamiento de las personas y quienes necesiten hacerlo deben solicitar un salvoconducto en una unidad policial.
Esta medida de fuerza no era decretada desde 1987, aún bajo el mandato del dictador Augusto Pinochet.
“Es muy triste todo lo que está pasando, pero la gente está indignada porque no la escuchan”, dijo a AFP Antonia, de 26 años, en el centro de Santiago, que mostraba imágenes dantescas de destrucción, con semáforos en el suelo, restos de autobuses quemados, comercios saqueados y miles de piedras y palos sobre las calles.
El despacho recuerda que las protestas estallaron con furia el viernes en Santiago —luego se fueron extendiendo a otras ciudades como Valparaíso y Concepción. El pretexto inicial fue el alza de las tarifas del metro —medida que el Gobierno revirtió el sábado—, pero luego incluyeron “muchas otras reivindicaciones en una sociedad que incuba desde hace años un gran descontento”, dice AFP.
Bajo gritos de “basta de abusos” y con la consigna en redes sociales de “Chile Despertó”, el Gobierno enfrenta reclamos en contra de los servicios de salud y educación, prácticamente privatizados en su totalidad; y también contra la alta desigualdad social, las bajas pensiones y el alza del costo de los servicios básicos.
Los estudiantes, parte importante de las fuerzas motrices de la protesta, han llamado a nuevas movilizaciones, a pesar de que se prevé una gran dificultad en los traslados, al mantenerse gran parte del metro cerrado por los daños causados en la noche del viernes cuando, según el Gobierno, 78 estaciones de metro sufrieron destrozos graves.
Los taxis, a través de las diversas aplicaciones móviles para alquilarlos se habían convertido en el único medio de transporte en Santiago, ciudad de unos siete millones de habitantes, y las tarifas estaban “por las nubes”, según reporteros locales.
Estaba pendiente una reunión de trabajo del presidente Sebastián Piñera con sus ministros y otras autoridades para discutir cómo responder a las protestas, inimaginables días atrás, cuando el mismo mandatario se refería a su país como un “oasis”, apunta AFP.
Chile tiene previsto acoger a mediados de noviembre la cumbre de líderes del Foro de Cooperación del Asia Pacífico (APEC) y en diciembre la cumbre del clima de la ONU (COP 25).
La Cámara de Diputados también había organizado una sesión especial para este domingo.