«Solo espero que la Suprema Corte haga justicia. Quiero salir de aquí (de la cárcel en la sureña ciudad de Curitiba) con la cabeza bien alta», dijo el exdirigente obrero durante una entrevista con la cadena portuguesa RTP, que tuvo lugar el 10 de octubre, pero se emitió en la tarde-noche de este martes y fue amplificada por medios locales.
Precisó que desafía «porque soy inocente. Tienen (los ministros del STF) muchas facilidades para desmoralizarme. Es solo cuestión de presentar una prueba», señaló.
El pleno del Supremo juzgará el jueves tres llamadas Acciones Declaratorias de Constitucionalidad (ADCs) que tratan sobre la constitucionalidad de la prisión tras la condena en segunda instancia, en un debate que podría beneficiar al exmandatario.
Durante la plática, el exsindicalista también abordó el proceso que condujo a su detención y criticó duramente a la operación anticorrupción Lava Jato y sus jueces, así como al Gobierno de Jair Bolsonaro.
«No se trata de negarse, se trata de carácter. Porque no hay ningún personaje que comprar. Quiero toda mi dignidad», respondió respecto a la progresión de la sentencia al régimen semiabierto, defendida por la Lava Jato.
De acuerdo con el fundador del Partido de los Trabajadores, la solicitud de cambio de régimen que surgió de una carta enviada a los tribunales por 15 fiscales de la Lava Jato sería otra maniobra de la operación que lo puso en prisión.
Ratifica en todo momento que solo quiere salir de la cárcel «con un ciento por ciento de su inocencia probada».
Insiste en que permanecerá en prisión para defender su honor y continuar con las apelaciones, al argumentar que el exjuez y ministro de Justicia, Sérgio Moro, era sospechoso de parcial al juzgar su caso y hubo una colusión para condenarlo, arrestarlo y sacarlo de las elecciones de 2018.
«Tienes una investigación mentirosa, cargos de fiscales mentirosos y sentencias mentirosas. Las mismas personas que mintieron sobre mí, porque el escenario político ha cambiado, salieron para que Lula fuera a su casa con el premio de la progresión de la sentencia. Y no quiero que el castigo progrese, quiero mi inocencia. Quiero que juzguen los méritos de mi caso. Punto», recalcó Lula.
En febrero, el expresidente fue sentenciado a 12 años y 11 meses de prisión en un proceso penal por las reformas realizadas en el sitio de Santa Bárbara, en Atibaia (Sao Paulo), que supuestamente le fue entregada como soborno.
Lula siempre ha declarado su inocencia y que resulta víctima de una persecución judicial y política que busca evitar su regreso a la presidencia.
(Tomado de PL)
Hay quienes nunca perdieron la fe. Hay quienes siempre lo divisaron libre y al frente de su pueblo.