Por Alfredo Machado López, presidente de la ANIR
El prolongado y arreciado bloqueo que soportamos por más de 60 años nos obliga a buscar fórmulas que nos permitan mantener la resistencia y en la medida de las posibilidades, avanzar. Para ello contamos con la enorme fortaleza que constituyen los cientos de miles de obreros, técnicos y especialistas del más alto nivel profesional y científico que integran esta Asociación, con una experiencia y compromiso a toda prueba y que atesoran una rica historia de importantes aportes a la economía y la defensa del país.
En la guía que establecen los Lineamientos de la Política económica y social del Partido y la Revolución, ratificados en su VII Congreso, particularmente el 105, define la necesidad de “…estimular la creatividad de los colectivos laborales de base y fortalecer su participación en la solución de los problemas tecnológicos de la producción y los servicios, así como la promoción de formas productivas ambientalmente sostenibles”.
Identificar el banco de problemas que inciden en el proceso productivo o de servicios, y por tanto, en la elevación de la eficiencia en cada entidad, constituirá la base para conformar el Plan Temático con las tareas que posteriormente someteremos al compromiso de solución por parte de los innovadores, para, en dependencia de los recursos financieros y materiales con que contemos, planificar las innovaciones que más le pueda aportar al cumplimiento del objeto social. Aquí también debemos establecer prioridades.
De lo que se trata es de trabajar la planificación con la mayor racionalidad en el uso de los medios que disponemos y dirigir el talento hacia lo más decisivo.
En el proceso de planificación, de información y debate de los planes con los trabajadores, la participación activa de los innovadores favorece la identificación de reservas de productividad y eficiencia a la vez que los compromete en la solución de los problemas que afectan el cumplimiento.
Son los innovadores, por su experiencia y conocimiento, los que tienen un mayor dominio de las normas e índices de consumo y las debilidades o limitaciones de cualquier equipo o medio de trabajo —por su utilización diaria—; son ellos quienes mejor conocen como sacarle el mayor rendimiento.
Todo este proceso debe estar acompañado de los elementos motivacionales que permitan estimular la creatividad, como lo demanda el mencionado lineamiento partidista, para reconocer y dignificar a quienes a diario anteponen talento y compromiso para mantener funcionando fábricas, maquinarias, equipos y medios con alto grado de obsolescencia tecnológica. La misma creatividad que demandamos de los innovadores se necesita de los cuadros de la Anir, los sindicatos y las direcciones administrativas a los diferentes niveles.
Es igualmente importante en el proceso de planificación económica considerar los recursos que emplearemos para el reconocimiento, la estimulación y remuneración oportuna de quienes han contribuido con su ingenio creador, al cumplimiento eficiente de los planes; teniendo siempre presente que los recursos financieros ya fueron creados y constituyen un resultado económico tangible y auditable, según se establece en la Resolución 1006 / 2015 / MFP, para la creación del fondo del 30 % del efecto económico de las innovaciones aplicadas, destinado precisamente para dichos fines.
El plan aprobado, como dijera el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, es lo mínimo que nos proponemos; por tanto, nos corresponde favorecer, con las herramientas que tenemos a nuestro alcance, la efectiva participación de los innovadores en la planificación.
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Burrada decir que la innovacion se planifica,es quitarle la espontaneidad a la creacion.