Actualmente las embajadas de Cuba y Estados Unidos laboran con el mínimo de personal luego que en mayo del 2018 el presidente Donald Trump decidiera ordenar el regreso de la mayor parte de sus funcionarios. El pretexto fueron unos “ataques sónicos” que la comunidad científica cubana e internacional desacredita por día.
En esa ocasión también se ordenó el cierre de la Oficina Local de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración, lo cual ha provocado incontables perjuicios a ciudadanos de ambas partes, sobre todo a los residentes en Cuba, obligados a viajar a terceros países para gestionar permisos de entrada a EE. UU.
El pasado jueves 19 de septiembre el Departamento de Estado anunció la expulsión de dos funcionarios de la Misión de Cuba en Naciones Unidas y la orden de restringir el movimiento de los restantes a la sede del organismo internacional en la isla de Manhattan, Nueva York. Cuba denunció el hecho y respondió que “oportunamente” reciprocará tal afrenta.
Tales medidas son el reflejo de una escalada en la tensión entre los dos países. El gobierno de Estados Unidos insiste en su política de “mano dura” para derrocar a la Revolución Cubana, ciego y sordo a la experiencia de los últimos 60 años.
Este viernes el canciller Bruno Rodríguez Parrilla presentó a la prensa el informe que sirve de sostén a la Resolución 73/8 —Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de américa contra Cuba— la cual será debatida los días 6 y 7 de noviembre en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Trabajadores comparte con sus lectores algunas de las incidencias más recientes de esa obsesión de Estados Unidos contra Cuba.
-Entre junio del 2018 y mayo del 2019 fueron sancionadas, por operar con entidades cubanas, 9 compañías y bancos de terceros países (también del propio EE. UU.), por un monto de más de 3 mil 751 millones de dólares.
-La compañía japonesa fabricante de baterías Tesla, Panasonic, suspendió sus relaciones con Sherritt International Corp, la cual les suministraba cobalto cubano.
-La agencia bancaria Pichincha, de Ecuador, se negó a prestar servicios de pago a un cliente que adquirió medicamentos cubanos. Argumentó que, según la Oficina para el Control de Activos Extanjeros (Ofac), del Departamento de Estado, el país productor figura en una lista de gobiernos “terroristas, narcotraficantes o criminales”.
-Los representantes de la empresa nicaragüense Mulseprosa (Múltiples Servicios Profesionales S.A.) se ausentaron de la Feria Internacional de La Habana ( 2018) porque la representación del banco estadounidense Lafise, en Managua, se negó a transferir a Cuba los fondos necesarios para pagar el hospedaje y alquiler del stand en Expocuba.
-35 nuevas empresas cubanas, mayormente hoteles y proveedoras del sector turístico, fueron incorporadas a la Lista de Entidades Cubanas Restringidas, con las cuales queda prohibida cualquier transacción directa. El veto incluye a los ciudadanos estadounidenses.
-La empresa alemana Applichem GMBH, con sede en Darmstadt, y actualmente subsidiaria de Illinois Tool Works Inc., deberá pagar a EE. UU. más de 5 millones 512 mil dólares por la venta a Cuba, entre mayo del 2012 y febrero del 2016, de sustancias de laboratorio y productos químicos para uso industrial.
-A las empresas y entidades científicas cubanas dedicadas al desarrollo de la telefonía móvil les fue negada la inscripción al Mobile Word Congress 2019, celebrado en Barcelona, debido a “regulaciones del gobierno de EE. UU.”.
-La Ofac incluyó a 34 embarcaciones perteneciente a la petrolera venezolana Pdvsa, así como a otras dos con sede en Liberia y Grecia, en la lista de entidades sancionadas (congelación de activos financieros y prohibición de transacciones) alegando que transportaban combustible a Cuba.
-El nuevo “paquete” de medidas de EE.UU. contra Cuba, anunciado el 17 de abril, incluyó la activación del título III de la Ley Helms-Burton (reclamaciones a propiedades nacionalizadas) y el incremento del rigor en la aplicación del título IV (disuasorio de la inversión extranjera). También limitó las remesas, y aumentó las restricciones a los cubanos para acceder al sistema financiero internacional , así como a los estadounidenses para viajar a la Mayor de las Antillas.
-El anuncio de que la Ofac y el Buró de Industria y Seguridad (Bis) negarían las licencias a “aeronaves no comerciales y embarcaciones de pasajeros y recreativas de estancia temporal” ocasionó varias afectaciones. El más visible, la suspensión del arribo de los cruceros a Cuba.