Por Agustín Borrego
Es de las personas que prefiere hacer y no decir, por eso cuesta conocer la historia de esta mujer que ha demostrado esa divisa durante toda su vida. Para Eugenia Iveris Olivares Rivera lo importante fue servir a los demás, entregarse con amor y esmero a la profesión que eligió luego del triunfo de la Revolución, que le permitió convertirse en enfermera general del hospital general Agostinho Neto, de Guantánamo.
Hoy jubilada, a sus 74 años, recuerda con orgullo su paso por ese centro, en el cual alcanzó la condición de Vanguardia Nacional durante 20 años y la hicieron acreedora de la condición de Heroína del Trabajo de la República de Cuba en el año 2009, la única entre las miles enfermeras y enfermeros del país. Entre otras condecoraciones recibió también la Orden Lázaro Peña de primer grado.
Entre sus recuerdos tienen un lugar especial las tres misiones internacionalistas en Irak y una en la República Bolivariana de Venezuela.
Al hablar, rememoró las dificultades que tenían antes del triunfo de la Revolución y alegó que para hacer sus primeros estudios, sus padres, de origen muy humilde, tuvieron que pagar 25 centavos para que ella asistiera al colegio de su barriada.
A su edad, Eugenia continúa dispuesta a dar todo por esta Revolución que le dio la luz para que se superara y fuera la profesional que siempre soñó. Es una de las cubanas que está confiada en que se superarán las dificultades que actualmente vive el país, que nada puede acabar con la unidad de los cubanos, y que todos juntos, trabajando, podemos llevar hacia delante la Revolución.