Mientras el imperio sigue obsesionado con proyectos de muros, Cuba y Venezuela tienden puentes solidarios de gran impacto social, porque mejoran ostensiblemente las condiciones de vida de su gente y dan visibilidad a las personas más vulnerables, a pesar del bloqueo económico y de otras medidas coercitivas e ilegales que violan las normas más elementales del derecho internacional.
Así lo constataron delegados cubanos al XXV Foro de Sao Paulo, celebrado en Caracas el pasado fin de semana, en intercambio con directivos y colaboradores de las 11 misiones en pleno desarrollo en la hermana República sudamericana, donde actualmente ejecutan 38 proyectos de colaboración en sectores de mucha sensibilidad, como Salud Pública, Cultura, Educación y Deportes, que sacan del anonimato a millones de personas.
El miembro del Comité Central del Partido, Julio César García, jefe de la Oficina de Atención a la Misión Cubana en Venezuela, les brindó amplia información a los visitantes sobre el quehacer de los más de 21 mil compatriotas que ahora mismo materializan esos actos de altruismo y solidaridad en los más insospechados sitios de la sorprendente geografía nacional y lo hizo con cifras que ilustran cómo la complementación entre países es una manera idónea en la lucha contra la pobreza y el desamparo al que somete el neoliberalismo a los más necesitados.
Julio César recordó que el Comandante Hugo Chávez vio en las misiones la forma de llevar a la población, con programas sociales, esas enormes riquezas del Estado y las denominó el alma del proceso revolucionario.
Luego de su desaparición física, el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros –hará este de 6 agosto seis años–, fundó el sistema de misiones y grandes misiones Hugo Chávez, y las calificó como una fuente del poder social, cultural y político, a través de las cuales hay más de 100 programas sociales importantes que le llevan al pueblo lo que antes le estaba vedado al 80 % de los venezolanos en materia de salud, educación, cultura, deporte…
En el encuentro, el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Ideológico, Víctor Gaute López, consideró esa obra de amor como “un cordón umbilical y garantía de que las dos revoluciones continúen avanzando, consolidando los proyectos de bienestar social que liderean ambas naciones, la construcción del socialismo y su continuidad”; y enfatizó: “Nosotros tenemos una colaboración que da ejemplo al mundo, de la que nuestro pueblo se siente orgulloso, y eso constituye un compromiso mayor, una exigencia superior para ustedes”.
Y ya no hay secretos, a ese ejemplo le temen el imperio y las oligarquías nacionales, incluso de nuestra América, que hacen gala de gran insensibilidad en torno a las calamidades, privaciones, olvidos en que viven sus connacionales, a quienes saquean sin el más mínimo remordimiento, y esa es la propuesta de la oposición venezolana, pero el pueblo resiste, anda alerta, lo han enseñado, ha aprendido y ya no pueden seguir engañándolo, porque saben que un mundo mejor es posible, y a su edificación responden estos programas concebidos por dos comandantes inolvidables: Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías.
Las cifras son más que elocuentes y es suficiente para demostrarlo solo lo realizado por la misión médica en los 18 años de colaboración, cuyos integrantes han salvado la vida, lo más preciado del ser humano, a una cifra superior al millón 400 mil personas; realizado mil 614 millones de atenciones médicas; y devuelto la visión a tres millones 11 mil pacientes, que han sido beneficiados con intervenciones quirúrgicas gratuitas; entre otras realizaciones que son innegables y que no pondrán ocultar por siempre las calumnias del enemigo imperial y de oligarquías que sienten amenazadas sus desmedidas ansias de riqueza.