Por: Yaima Puig Meneses
CARACAS, Venezuela.- Poco menos de nueve horas estuvo en tierra venezolana este domingo el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Poco menos de nueve horas en las que el epicentro de la solidaridad, la integración y el antiimperialismo de los pueblos estuvo una vez más en la ciudad de Caracas, donde durante cuatro días sesionó la XXV edición del Foro de Sao Paulo.
Acompañado por aclamaciones de “Cuba sí, yanquis no” y “Fidel, Fidel ¿qué tiene Fidel que los imperialistas no pueden con él?”, inició Díaz-Canel sus palabras a los representantes de los más de 124 partidos políticos y movimientos de izquierda presentes en la cita. Al Comandante Hugo Chávez Frías el primer recuerdo, “el gran amigo de Cuba, el hijo de América que cumple hoy 65 años en la eternidad”, a quien Fidel quería como un hijo y ubicó junto a Bolívar y Martí en la batalla por la Patria Grande.
Un profundo discurso cargado de simbolismos y denuncia a los innumerables actos de maldad sin límites que hoy intentan imponer en la región potencias neoliberales. Pero hasta esa maldad se empequeñece –subrayó Díaz-Canel- cuando se reúne Nuestra América, es decir, el diverso, plural y aportador mundo de los líderes partidistas progresistas de los activistas sociales latinoamericanos y caribeños que desde los oscuros años 90 del siglo pasado decidieron construir este espacio unitario de la izquierda viva y actuante.
Un discurso en el que constantemente el Jefe de Estado cubano evocó ideas de Bolívar y Martí, de quienes –aseguró- nutrieron Fidel y Chávez el ideario de nuestras revoluciones. “Unidad e integración fueron sus grandes obsesiones y deben ser también las nuestras.”
“Conozco que también son esas las obsesiones del Foro de Sao Paulo, nacido de la necesidad de unidad y articulación de los partidos políticos y movimientos populares de izquierda de nuestra región para confrontar al imperialismo y a la derecha neoliberal”, sentenció.
Las palabras de Díaz-Canel nos llevan una y otra vez a la historia y sus coincidencias; a la trascendencia de cuánto se ha hecho en pos de la integración y la unidad de nuestros pueblos; a la urgencia por fortalecer cada vez más lo que nos une en medio de nuestras diversidades.
“Nos convoca el Foro de Sao Paulo en un julio extremadamente desafiante y aquí estamos, para acompañar la heroica resistencia venezolana y reclamar el fin del cerco brutal que le han impuesto. Venezuela es hoy la primera trinchera de la lucha antimperialista”, sentencia y el auditorum aplaude.
Llamado a desempeñar un rol más protagónico en el complejo escenario político actual, el Foro de Sao Paulo tiene grandes retos, mucho que aprehender aún y hacer en beneficio de nuestros pueblos. Porque justamente para dar esperanzas –recordó el Presidente cubano- fue fundado por Fidel y por Lula, como un valioso instrumento de concertación de unidad en la diversidad.
“No olvidemos por un instante que estamos en la asediada Caracas.” Y sus palabras se convierten también en una ratificación ante el mundo de respaldo y solidaridad con “el legítimo Presidente Nicolás Maduro Moros y la Unión Cívico Militar que ha hecho fracasar tantas veces los peores planes del enemigo”. Es el apoyo a los ideales de un pueblo, a su entereza como nación de Nuestra América.
“Ninguna tribuna mejor que este foro para ratificar que Cuba no renunciará ni traicionará jamás a sus principios ni a Venezuela.” El imperialismo nos propone traicionar a Venezuela y en “el colmo del cinismo apelan al chantaje, ignorantes de la historia y los principios de la política exterior de la Revolución cubana, nos proponen negociar una posible reconciliación a cambio de que abandonemos el curso escogido y defendido por nuestro pueblo ahora como antes.
“Nos sugieren traicionar a los amigos, echar al cesto de la basura 60 años de dignidad; Cuba dice, ¡no señores imperialistas, no nos entendemos!”
No puede haber entonces mejor homenaje a Chávez que este encuentro, donde late la unidad, el gran legado que nos legaron nuestros próceres. “¡Feliz cumpleaños Comandante!, los pueblos de Latinoamérica y el mundo hemos venido a celebrar tu nacimiento donde reposan tus restos”, con la certeza de que el poderoso ideal revolucionario que nos legara continúa vivo “tu querida Patria y en todos los rincones del mundo que tocó tu apasionada palabra”, insiste el Jefe de Estado cubano.
El desafío de esta cita – reflexiona- es convertirla por fin en la realidad de esta hermosa alianza de fuerzas. Nuestra América y sus pueblos los necesitan, las izquierdas del mundo también lo reclaman.
Venezuela no está sola
El llamado a la unidad también estuvo presente en las palabras del Presidente Maduro y es que unidad tiene que convertirse en palabra de orden para nuestros pueblos, pues solo a través de ella lograremos ser fuertes y lograr la definitiva independencia.
Con similar énfasis denunció que existe una campaña comunicacional contra Venezuela y el Gobierno Bolivariano. A su vez recordó que el bolivarianismo surgió como respuesta autóctona a la crisis del modelo de dominación por imperialista que se había impuesto en el país.
Constantes mentiras y manipulaciones se alzan contra nuestro pueblo –enfatizó- pero el pueblo de Venezuela es un pueblo de cultura democrática, de valores rebeldes, valiente.
Instó a consolidar cada vez más la unión de la izquierda, lo cual permitirá lograr que la unidad se convierta en un gran proyecto de unificación de las fuerzas populares.
“Gracias por venir a Venezuela a defender la verdad”, dijo a los presentes.
Hagan lo que hagan, digan lo que digan, la Revolución Bolivariana seguirá en pie, sentenció Maduro.
Qué mejor colofón entonces para clausurar esta cita, llamada a marcar pautas en el Foro de Sao Paulo, un mecanismo de integración y luchas para nuestros pueblos, y también, por qué no, de esperanzas.