La cultura Hip hop, con sus ritmos, estilos y originalidad se ha expandido por todo el mundo y la mayor de las Antillas no representa una excepción.
Para demostrar la fuerte presencia de ese género musical en la Isla, estimular y encaminar a los artistas jóvenes en este modo de vida y reivindicar al hip hop como un vehículo de oposición a la violencia, a favor de la integración, el respeto a la mujer y reflejo de la imagen de la Cuba actual, entre los días 18 y 19 de julio se celebró, convocado por la Agencia Cubana de Rap (ACR) y el Instituto Cubano de la Música (ICM), la VII edición del Festival Creciendo en el Hip Hop.
El evento, que esta vez tuvo como sede la Plaza del Horno del Centro A + Espacios Adolescentes, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH), fue ideado hace casi una década por Roberto Rossell y Lao Ernesto Caballero, –entonces director y comunicador de la ACR, respectivamente– y estuvo patrocinado en esta ocasión por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la empresa de fabricación de bebidas Ciego Montero.
Bautizado inicialmente como Primeros pasos, el certamen tuvo como antecedentes las audiciones que se realizan cada año, durante la semana de receso escolar de abril, en las oficinas de la agencia, sita en la calle Zanja No. 376 entre Escobar y Gervasio. Los seleccionados se agrupan en tres sub-categorías para la competición, en dependencia de su edad: de 9 a 11 años –primera división–, de 12 a 15 –segunda– y, por último, de 16 a 18 años.
Asimismo, a quienes clasificaron se les asignaron padrinos o coachs, para instruirlos y apoyarlos en el arreglo de backgrounds y la grabación de los temas. Asimismo, recibieron los talleres habituales de entrenamiento y proyección escénica, se les organizaron encuentros con Djs profesionales, fueron incluidos en presentaciones de artistas de la ACR y pudieron presentarse en diferentes peñas como El bloque, y la de la agrupación Company Yoruba, según comentó Cintya Martínez, productora del evento.
Si bien la cultura Hip Hop abarca cuatro elementos principales: los Mc (Maestros de Ceremonias), que son los raperos y cantantes, los Djs (disc-jockey) o pinchadiscos, los Grafiteros y los bailarines de Break Dance; los concursantes de la presente edición solo disputaron en la categoría de raperos, y los bailarines tuvieron presentaciones destacadas que, si bien deliciosamente pensadas y ejecutadas, no pujaban por trofeo.
Desde las tres de la tarde de la primera jornada, Creciendo en el Hip Hop prometía convertirse en la Meca de la irreverencia, la improvisación y el estilo underground, cuando la mitad de los competidores –Daniela, Supremo, 01.1, Danger, Las Leydis, entre otros– compartieron talento y escenario con artistas del catálogo de la agencia, ganadores de anteriores ediciones y figuras emblemáticas de esta cultura en Cuba, tales como Con100cia, Ron con Cola y Malcolm Beybe.
En el segundo y último día el resto de los concursantes, entre los que destacaron Dennis, Cristian, Qky y el conjunto danzario Rompiendo el Paso, se adueñaron de la pista. A pesar de que no todos se hicieron con el ansiado trofeo, sí fueron todos ganadores al recibir un reconocimiento a su arduo trabajo y participación de manos de Rubén Marín, director de la ACR y de la agrupación Primera Base, una de las pioneras en el cultivo de este género en Cuba.
Como no podía ser diferente en un evento dedicado a la cultura y al aniversario 500 de la fundación de La Habana, la música se unió a la literatura gracias a la presencia de la Editora Abril, que puso a venta y disposición de los presentes variados números de las gustadas revistas Pionero, Somos Jóvenes y Zunzún, así como libros diversos y adecuados para la mencionada franja etaria.
El panel de jueces estuvo compuesto por invitados de lujo y representantes cimeros del rap cubano: Big boy –ganador de una de las ediciones anteriores del festival–, Malcolm Beybe –padrino y coach–, Rositica –directora de Company Yoruba, productora musical y coach–, Miguelito La Peste –reconocido bailarín de break dance dentro del movimiento– el Funky y Jadid –integrante del dúo Con100cia, junto al Individuo.
En esta edición se coronaron, en la primera categoría, 01.1 y Supremo, en primer y segundo lugar, respectivamente, mientras que, en la segunda, Daniela y Rey compartieron el trofeo, seguidos por Isa como subcampeón y Danger en tercera posición. Por último Qky, Chaplin y El Black dominaron la sección entre 16 y 18 años. El Gran Premio también se lo llevó Daniela (Rivalta), hija del conocido miembro del movimiento Papo Record, gracias a su completo dominio del escenario y profunda lírica.
Asimismo, se reconoció la colaboración del Centro A+ Espacios Adolescentes y la labor de Rompiendo el paso, Ron con Cola, Malcom Beybe, Company Yoruba, Con100cia y Funky en la difusión de esta arista de la cultura Hip Hop.
Si bien el premio suele consistir, de forma general, en discos, afiches, stickers y calendarios de las agrupaciones de la agencia y de los patrocinadores del evento, así como en un trofeo rústico con el logo de la agencia y los colores patrios elaborado en barro, que hace un paralelismo con la historia de la mayoría de los raperos, –venidos «de la calle» y forjados a fuego por el trabajo duro– para incentivar a los niños participantes este año se incorporó la grabación de un demo al gran ganador, que incluirá de cuatro a seis canciones de su autoría.
«El objetivo del festival es darle continuidad a los jóvenes talentos que aman la cultura hip hop la cual, más que un estilo musical, es un estilo de vida y puede ayudar a corregir los males de la sociedad. Esto, porque cuando surgió en los Estados Unidos fue una herramienta de denuncia para la comunidad negra mediante la cual protestaban contra la corrupción y la violación de sus derechos civiles, razón por la cual el hip hop nacía desde una postura muy crítica que incluyó toda una forma diferente de vestir, de hacer y de ser”, explicó Marín.
“Sin embargo, mientras muchos buscaban el mejoramiento social, otros lo tergiversaron y comercializaron, hasta el punto en que hoy dista mucho de su intención original y habla solo de sexo, mujeres desnudas y drogas. Esa no es nuestra visión. Nosotros queremos, a través de estos festivales y del Simposio Internacional del Hip Hop Cubano -que tendrá lugar en agosto- guiarlos para que se integren a la sociedad mediante letras positivas y constructivas, así como a la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y se conviertan en la cantera de la cual pueden nutrirse los programas de televisión y radio en el futuro.
“Asimismo, buscamos fortalecer este evento para que todos los niños puedan sumarse y acceder a una escuela de Hip Hop que provea el relevo dentro del género. Por ellos estamos diseñando un centro formativo para que puedan recibir talleres y conferencias y sean educados en la tradición del hip hop cubano e internacional, basándonos en la Declaración de Paz elaborada por África Bambaataa –fundador de este movimiento en los Estados Unidos– que se firmó el 16 de mayo de 2001 en las Naciones Unidas, y que plasma los objetivos del rap a nivel mundial” aseveró.