Desafíos inmensos tiene la izquierda latinoamericana y caribeña. Fundado enhorabuena hace casi tres decenios por el Comandante en Jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz, y el líder del Partido de los Trabajadores de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva, el Foro de São Paulo (FSP) debe ratificarse hoy día como el mecanismo de concertación y articulación de partidos y movimientos políticos progresistas de la región.
No por casualidad el FSP está en la mira de la derecha, que tiene la finalidad de fragmentarlo, anularlo. La fechoría tiene etiqueta de fabricación made in USA e incluye al sector oligárquico de cada nación, en el cual se cuentan empresarios, juristas y el monopolio de los medios de comunicación como actores principales.
Ante ello el reto primordial de esa agrupación política y social debe ser trabajar a toda costa por la unidad bajo el principio de respetar la diversidad de orientación de las fuerzas que la integran.
Que Caracas sea sede del XXV Encuentro del FSP entre los días 25 y 28 de julio encierra un valor simbólico significativo, porque Venezuela es en el presente la primera trinchera antimperialista en América Latina, el Caribe y el mundo.
Sometida a una guerra no convencional que contiene un amplio menú, la resistencia heroica de la Revolución Bolivariana se convierte en factor de contención a la política agresiva de la actual Administración estadounidense.
Trabajar unidos por la concordia y bienestar en Venezuela representa ser consecuentes con la proclama que reconoce a la región como Zona de Paz, aprobada por los jefes de Estado durante la II Cumbre de la Celac, con sede en La Habana en enero del 2014. Es además una contribución concreta a impedir la regionalización de un conflicto bélico de incalculables consecuencias en América del Sur y el continente.
El gran capital insiste en su formato neoliberal de pobreza, desigualdad, desempleo, violencia… Para ello cuentan con abanderados dispuestos al saqueo de los recursos de nuestros pueblos. Bien lo saben argentinos y brasileños, quienes ahora viven una nueva temporada de neoliberalismo.
Frente a tal realidad se hace más válido y urgente articular proyectos políticos que nucleen una base popular lo más amplia posible y se propongan un camino emancipador.
Los triunfos de la derecha llevan por naturaleza el sello de lo transitorio, porque esos gobiernos neoliberales resultan muy ajenos a las ansias y necesidades de las masas populares. En la mayoría de los casos llegan al poder por un estrecho margen en las urnas, antecedido en no pocas ocasiones por trampas, promesas luego incumplidas, sucias campañas, y maniobras que incluyen la persecución política para denigrar y deslegitimar al adversario, a quien llegan a encarcelar como es el caso de Lula.
Estudiosos de la realidad latinoamericana y caribeña afirman que estamos viviendo otro Plan Cóndor, esta vez en el ámbito ideológico. Sí, porque la guerra que se nos hace es esencialmente cultural, dirigida en primer orden a destruir nuestras identidades nacionales para así someternos a dictados imperiales.
Pero los pueblos son sabios y sabrán reponerse una vez más de golpes y malos gobiernos. Los millones de personas salidas de la pobreza, alfabetizados, beneficiarios de servicios de salud bajo la conducción de líderes y modelos progresistas de izquierda representan la muestra más fehaciente de que cuando acompaña la voluntad política es posible un mundo mejor.
La cita de Caracas rebasará las fronteras de Nuestra América, pues a la patria de Bolívar y Chávez llegarán partidarios de izquierda de otros continentes. Allí tendrán espacios parlamentarios, jóvenes, mujeres, integrantes de movimientos sociales, afrodescendientes, intelectuales, artistas y otros integrantes de la Red en Defensa de la Humanidad.
El líder histórico de la Revolución cubana, quien nos enseñó siempre a perseverar en la victoria, aun en las circunstancias más difíciles, afirmó durante la clausura de la IV edición de estos encuentros del Foro de São Paulo, en La Habana, 1993:
“¿Qué menos podemos hacer nosotros y qué menos puede hacer la izquierda de América Latina que crear una conciencia en favor de la unidad?… ningún porvenir tendríamos sin la unidad y sin la integración”.