La necesidad histórica de la República de Cuba fue plasmada en poesía en el lejano año de 1923, en el formidable Mensaje Lírico Civil de Rubén Martínez Villena:
“Hace falta una carga para matar bribones,
para acabar la obra de las revoluciones;
para vengar los muertos, que padecen ultraje,
para limpiar la costra tenaz del coloniaje…”
Esa carga se produjo el 26 de Julio de 1953, tuvo como escenario los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, fue lidereada por el joven abogado Fidel Castro Ruz, y contó como protagonistas a un grupo de revolucionarios en su mayoría jóvenes y de humilde origen, nucleados en lo que se conoció como Generación del Centenario, por coincidir con los cien años del natalicio del Apóstol José Martí, de cuyas ideas se asumieron continuadores.
Carga al fin, aquel fue un ataque impetuoso y resuelto de una tropa contra la tropa enemiga, una clarinada de lo que debía e iba a ocurrir posteriormente.
El propio Fidel lo definió durante los preparativos cuando dijo: «Hace falta echar a andar el motor pequeño que eche a andar el motor grande». Ese motor grande era el de la Revolución.
Décadas después al hacer un análisis de la situación del país en aquellos momentos, Fidel se hizo dos preguntas que resumían las inquietudes de los revolucionarios.
“¿Cómo llevar a cabo la insurrección armada si la tiranía era todopoderosa, con sus medios modernos de guerra, el apoyo de Washington, el movimiento obrero fragmentado y su dirección oficial en manos de gángsters, vendida en cuerpo y alma a la clase explotadora, los partidos de opinión democrática y liberal desarticulados y sin guía, el Partido marxista aislado y reprimido, el maccarthismo en pleno apogeo ideológico, el pueblo sin un arma ni experiencia militar, las tradiciones de lucha armada distantes más de medio siglo y casi olvidadas, el mito de que no se podía realizar una revolución contra el aparato militar constituido, y por último la economía con una relativa bonanza por los altos precios azucareros de posguerra, sin que se vislumbrara todavía una crisis aguda como la que en los años 30 de por sí arrastró a las masas desesperadas y hambrientas a la lucha”?
“¿Cómo levantar al pueblo, cómo llevarlo al combate revolucionario, para superar aquella enervante crisis política, para salvar al país de la postración y el retraso espantoso que significó el golpe traicionero del 10 de marzo y llevar adelante la revolución popular y radical que transformara al fin a la república mediatizada y al pueblo esclavizado y explotado en la patria libre, justa y digna, por la cual lucharon y murieron varias generaciones de cubanos?
Las acciones del 26 de Junio de 1953 fueron una primera respuesta a esas interrogantes, pero llegar a ese momento no fue un camino fácil.
(Continuará)
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …
Alina, por favor revisa creo que lo del motor grande y el chiquito lo dijo Raúl. por otro lado, al final dices » las acciones del 26 de junio» …. debería decir las acciones del 26 de julio