Los seres humanos no solemos analizar mucho las buenas noticias, menos si benefician nuestra economía individual. Nos alegran, las disfrutamos, comentamos en la calle y la casa, el trabajo y la escuela, pero dejamos los debates y profundizaciones casi siempre para cuando hay problemas.
Sin embargo, las decisiones que anunciara el Gobierno cubano esta última semana, incluido un notable incremento salarial para el sector presupuestado, ameritan que nos detengamos a reflexionar sobre la significación de este paso y sus posibles efectos para toda la sociedad.
El primer impacto positivo lo constituye, sin duda, el factor sorpresa. En medio de la situación económica y financiera que atraviesa el país como consecuencia del recrudecimiento del bloqueo del Gobierno de los Estados Unidos, era difícil predecir una decisión de esta índole, que apuesta por una forma diferente y compleja de razonar y enfrentar las dificultades actuales.
Durante mucho tiempo especialistas debatieron cuál era la mejor solución para romper el aparente círculo vicioso entre poca eficiencia, baja productividad y salarios deprimidos. La economía no marchaba bien porque no había suficiente estímulo material, y no había suficiente estímulo material porque no marchaba bien la economía.
Los sistemas de pago por resultados en el sector empresarial fueron una inicial y lógica respuesta a ese dilema, que permitió elevar el salario medio en el sector productivo y de servicios.
No obstante una economía estatal como la nuestra, con una significativa y determinante administración pública, requiere una complementariedad en esa relación de las empresas y las unidades presupuestadas, para que el efecto estimulante de las medidas que vinculan los ingresos con los resultados no decaiga en el tiempo por los frenos desde las actividades de dirección, apoyo y control que garantizan la reproducción social.
De modo que el incremento salarial en el sector presupuestado pudiera ser muy bien el nudo gordiano que había que cortar, para darle otro impulso a la efectividad de las transformaciones en el modelo económico cubano. El planteamiento político de que nadie debe quedar atrás resulta quizás la filosofía implícita en este nuevo insuflón de esperanza.
Por supuesto, para que funcione este resorte salarial hay que asegurar desde el comienzo requisitos mínimos en los cuales ya insistió el propio Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Seguimiento de los índices de precios y garantías de una circulación mercantil que impida un proceso inflacionario que nos diluya el nuevo salario entre las manos; rigor y exigencia en el manejo de la fuerza laboral en los sectores que ahora reciben beneficios salariales; incremento en la eficacia de los procesos administrativos y políticos que inciden en nuestro funcionamiento económico y social.
En el seguimiento y alerta de todas estas condicionantes puede y tiene que participar el movimiento sindical. Esta respuesta a los reclamos de los trabajadores, cuyo punto de inflexión lo marcó el reciente XXI Congreso de la CTC, pero que eran demandas y urgencias de vieja data en múltiples organismos y sindicatos, merecería una respuesta contundente en términos de mayor compromiso y laboriosidad. Aquel amargo chiste de que el Estado hace como que paga, y el trabajador hace como que trabaja, debe así —para todas las partes— terminar.
Por favor presidente organice el sistema de control a las infracciones de precios, no puede ser que se dañe la buena intención de la medida que tanto agradecemos.
No podría estar más de acuerdo con su artículo. No valdrá de nada el aumento salarial si no trae también una mayor eficiencia, menos inmovilismo y menos robo. Creo a su vez que permitirá (estoy especulando, pues a ciencia cierta no se sabe cuanto aumentan los salarios realmente excepto los mencionados por el presidente), el inicio del proceso de unificación de la moneda y acabar de reunificar el sistema cambiario cubano.
El guarapo, bebida siempre vinculada a los de menos recursos, me sacó de paso hace pocos días en la guarapera del Reparto La Coronela (222 A). Acaban de subir el precio del vaso al 100 por ciento, ahora vale dos pesos. Esto es el huevo o la gallina, ahora será difícil para los que recién recibieron aumento de salario poderse comprar un vaso de esta refrescante bebida. Me parece que este tipo de establecimiento lo operan las empresas agropecuarias militares.
Usted debe denunciar esto urgente,no debe ser.
Justo en la diana!!!!!! Ese es nuestro Sistema Político Cubano!!!!! Con CORAJE Y VERGUENZA!!!! GRACIAS FIDEL POR TU INGLE DE VARÓN!!!!!
Para mi es un orgullo saber que en el medio de tanta dificultades nuestro estado decida mejorar los salarios a tan sufridos sectores, mas al de la educación y salud que son el alma de cualquier pueblo. pero me gustaría que hasta que no se completen los claustros de profesores no se permita contratación en otros sectores al menos que el numero de los trabajadores a beneficiar no este comprendido la plantilla aprobada, por que si el millón setecientos son las plantilla cubierta entonces el dinero a pagar seria mayor que el aprobado. a los que contratan fuerza de trabajo no olvidar lo que dijo el presidente.solo lo que tengan trabajo, no lo que quieran plata o botella.
Este es sin lugar a dudas un paso adelante, que lamentablemente no cambiara la situacion imperante.
Sin embargo, son los millones de jovenes aterrados en sus aulas, millones de personas sin Seguro Medico, otros privados de sus derechos reproductivos, otros carentes de servicios neurologicos en Espanol para sus trastornos post-traumaticos y adictivos o los ancianos que estan obligados a racionar sus medicamentos y alimentos en los Estados Unidos, donde estan los BILLONES y BILLONES de dolares que se necesitan para pagar salarios decorosos y justos, que restituya la dignidad, valor y profesionalidad a estas y las demas profesiones en Cuba.
Otro absurdo que ha contribuido a la desmoralizacion, vagancia y la falta de respeto al docente, fue la implantacion a mediados de los anos 70 del cumplimiento de horarario de trabajo en su centro de trabajo, como si fueran obreros, lo que devino en el principal factor desmoralizante, a verse obligados a permanecer en el centro sin funciones a realizar, lo que condujo al chanchullo y la Perdida de autoridad ante el alumnado.
Un enfoque erroneo en cuanto a los ingresos personales, limito a los profesionales en Cuba a ocupar un solo empleo, al contrario de los maestros, medicos, abogados o ingenieros de antano, que realizaban dos, tres o mas trabajos, lo que propulsaba la productividad y separaba al vago del que no lo fuera.
Cuba debe Cambiar Todo Lo Que Debe Ser Cambiado Ya!