Marina de la Caridad Rodríguez se ha habituado a construir finales felices en su carrera deportiva. Algunos de ellos se inscriben con letras doradas en la historia reciente de la halterofilia cubana. Si no lo conoce o lo olvidó se los recordamos: fue la primera cubana que ocupó un lugar en el podio en unos Juegos Panamericanos, Toronto 2015, (segunda) y finalizó en el octavo puesto en la cita olímpica que organizó Río de Janeiro en 2016. Su última conquista de rigor, la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
En medio de los ajetreos competitivos de la XXXVIII edición del Torneo Manuel Suárez in Memorian, y el Campeonato Panamericano Juvenil de Pesas (clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020), que se efectúa en La Habana, accedió a compartir con Trabajadores algunas de sus metas inmediatas.
“El Manuel Suárez es un evento que se incluye en mi ruta preparatoria rumbo a Lima 2019. Aquí no pienso en levantar grandes pesos. Las rivales son muchachas talentosas pero de categoría juvenil. Sinceramente no creo que me sea muy difícil”.
Asevera nuestra protagonista que en la actualidad trabaja con ahínco en varios elementos técnicos.
“Pulo mi técnica en el clinc y en el desplazamiento en el arranque, ya que a veces fallo a la hora de levantar algunos pesos. Preciso continuar trabajando fuerte ese aspecto, además de fortalecer varios planos musculares que tengo débiles”.
Asaltar podios internacionales garantiza felicidad y respeto, también compromiso si se piensa en presente y futuro.
“Ahora tengo mayor responsabilidad. Ganar una presea en Toronto 2015 me aportó satisfacción pero trajo una carga adicional. Aun así voy a los Panamericanos con la misión de luchar un puesto en el podio. Aclaro que la rivalidad será intensa. Todas las atletas se han preparado a conciencia, y gozan de mayor nivel deportivo. Sin embargo la competencia se realiza paso a paso, y yo voy a pelear”, afirmó con seguridad y sonrisa incluida.
Marina no teme a los retos. A casi todos los ha vencido con perseverancia. En suelo peruano ella asumirá su tarea. Las pesas y el deporte cubano pueden confiar en su capacidad. Quien lo dude que se remonte al pasado.
La seguridad en sí misma es una asignatura muy bien aprobada por ella y de seguro saldrá en en Lima a por todas, pero si no llegara la quedará el placer de haber competido como guerrera bravía. Adelante mambisa de las pesas; ojalá vbuelvass a ser la primera en algo más: LA PRIMERA MEDALLA DE ORO DE UNA MUJER CUBANA EN PESAS PANAMERICANA, yo apuesto por ti.
OJALÁ GANE UNA MEDALLA, LO MERECE, EN CANADÁ LO HIZO
La mujer cubana ha demostrado que es una guerrera. Muestra de ello son nuestras atletas.