Varias y muy sólidas son las razones que desaconsejan a la comunidad de juristas de los Estados Unidos de involucrarse en demandas extraterritoriales al amparo del título III de la inaplicable Ley Helms-Burton, según explicó en exclusiva para Trabajadores Natasha Lycia Ora Bannan, expresidenta del Gremio Nacional de Abogados en ese país.
Como primer elemento, la experta reveló que fallos recientes de la Corte Suprema podrían servir de base para cuestionar el carácter extraterritorial del título III, a partir de interpretaciones del Código Civil y del alcance de la jurisdicción de sus tribunales, sobre todo en relación con las corporaciones, en lo cual existen límites cuando se trata de actos o personas jurídicas extraterritoriales.
Ora Bannan expuso que no se ha visto la ola masiva de demandas que algunas personas esperaban, al alertar que Cuba no reconoce la jurisdicción de los tribunales estadounidenses. “Si no está la contraparte para defenderse, a lo mejor logran un día obtener un fallo a favor de los demandantes, pero no van a llegar a nada, porque en el momento de poner en vigor la sentencia y buscar la compensación ¿cómo lo van a hacer?”, reflexionó.
La abogada, especializada en temas de derechos humanos, razonó que en su país la mayoría de sus colegas dependen de ganar los casos para recibir alguna remuneración. “¿Y en estos casos, de dónde vendrá?”, inquirió.
Los abogados solo podrían obtener ingresos si tomaran algunos de esos posibles pleitos por lo que allá llaman “retén”, o sea, cuando existiera un contrato fijo con la firma o colegio por el cual les pagan sus honorarios, con independencia del resultado en las cortes.
“Y la mayoría de las personas en los Estados Unidos no están en condiciones de seguir pagando un abogado si no ganan el caso”, aseveró Natasha Lycia, quien hizo notar que al final de cualquiera de esos posibles procesos bajo la ley Helms-Burton no habrá ningún pago por parte de Cuba.
“Definitivamente, no es un negocio lucrativo para los abogados, así que no se recomienda que tomen estas cosas en serio”, enfatizó.
La jurista amplió que hasta ahora los grandes bufetes de abogados en su país no han mostrado interés en estos casos. “Al contrario, la mayoría de esas firmas representan a quienes quieren tener negocios con Cuba; y sería un conflicto de intereses, si ya tienen clientes que buscan invertir o negociar en la Isla, tomar otra línea en contra de esos propios clientes”.
A juicio de Ora Bannan, embarcarse en esta improductiva aventura de las demandas contra Cuba tampoco resultaría un buen negocio a largo plazo para los bufetes de abogados norteamericanos, pues ello les podría perjudicar en un escenario futuro, cuando eventualmente se retiren las actuales restricciones.
“O sea, que hasta ahora no hemos visto mucho interés desde la comunidad jurídica por llevar estos casos”, afirmó la abogada, quien anunció que el colegio de los juristas que ejercen frente a los Tribunales federales (Federal Bar Association) organiza para julio próximo un panel en Nueva York con el objetivo de hablar y llegar a un público que quizás desconoce sobre el tema, y pudiera ser susceptible de algún acercamiento para enredarlos en la madeja de la Ley Helms-Burton.
“Tenemos el deber de orientar e informar a nuestra comunidad jurídica, a quienes ejercemos el derecho en los Estados Unidos, para que sepan, más allá de la política, cómo esto les puede perjudicar”, concluyó.