Cargando...Por Walter Frieiro, estudiante de Periodismo
Cuando el pasado tres de junio, a las 8:55 a.m., el Air Force One aterrizó en el aeropuerto londinense de Stansted, la polémica en torno a Donald Trump y su primera visita al Reino Unido ya estaba servida.
Un incendiario tuit en el que llamaba a Sadiq Khan, primer alcalde musulmán de Londres, como “un perdedor que debería centrarse en la delincuencia”, mostró la torcida e irrespetuosa personalidad del mandatario.
Trump fue recibido por el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, y el embajador estadounidense en el Reino Unido, Woody Johnson.
La jornada del lunes empezó con una recepción oficial ofrecida por la Reina Isabel II, ceremonia protocolar efectuada en el Palacio de Buckingham, sede de la corona británica. Luego fue recibido por el príncipe Carlos, heredero al trono, y su esposa, Camila, duquesa de Cornualles, en la residencia de Clarence House, en donde “disfrutaron” del tradicional té.
En la noche tuvo lugar una cena oficial, también en la casa real, adonde acudieron la primera ministra Theresa May, y otras personalidades de la política británica, principalmente del Partido Conservador. El boicot vino de Jeremy Corbin, líder laborista, y de Vince Cable, dirigente del Partido Liberal Demócrata, quienes rechazaron asistir al evento.
Este martes se realizó la reunión bilateral entre Trump y May. Una vez concluida, en la conferencia de prensa prevista, el mandatario norteamericano afirmó que el Brexit sería posible y que una vez concretado firmaría con los británicos un «fenomenal» acuerdo.
Trump añadió además que el “tory” Boris Johnson, del Partido Conservador, sería el candidato perfecto para liderear al Reino Unido luego del próximo 7 de junio, cuando se hará efectiva la dimisión de May.
El miércoles 5, último día en tierras británica, Trump visitará Portsmouth, en el sur de Inglaterra, para recordar el 75 aniversario del desembarco y la batalla de Normandía, con la cual Estados Unidos entró, finalmente, en la II Guerra Mundial.
Londres, ciudad sitiada
Cerca de 10 mil agentes de seguridad, efectivos militares y de inteligencia fueron dispuestos en Londres para controlar la capital luego de las multitudinarias protestas contra el mandatario estadounidense.
Con la consigna ¡Resistir a Trump!, miles de manifestantes se lanzaron a las calles para expresar su rechazo. La marcha comenzó en la céntrica plaza de Trafalgar rumbo a Downing Street. A la cabeza, Jeremy Corbin y sus seguidores del Partido Laborista.
Las imágenes de la protesta han captado a un gigante robot parlante llamado Dumping Trump, made in China, que sentado en una taza de baño, lanza recurrentes ofensas, entre estas la tan frecuente en Trump, ¡You are Fake News!
El “carnaval de resistencia», como le han bautizado sus organizadores, ha devenido en una serie de manifestaciones multitudinarias anti-Trump en Londres, las más grandes desde que el pasado 24 de marzo casi 1 millón de personas se reunieron para rechazar la salida del Reino de la Unión Europea.
