El mejor homenaje a un hombre que consagró su vida a la danza, es la danza misma. Danza Contemporánea de Cuba está dedicando su actual temporada —en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso— a su fundador, Ramiro Guerra.
En la noche de este jueves tuvo lugar en el escenario de la sala García Lorca un emotivo acto, en el que participaron muchos de los compañeros de trabajo, alumnos y seguidores del gran maestro de la danza moderna en Cuba.
La temporada, que se extiende hasta mañana sábado, incluye el estreno mundial de Danzas de amor que se fue, obra del reconocido coreógrafo británico Billy Cowie, articulada a partir de poemas de Federico García Lorca.
Un elenco femenino (al que se suma un hombre en un rol singular) baila esta pieza que cuenta con música del propio Cowie.
Para cerrar las noches, un clásico de los últimos años: Mambo 3XXI, de George Céspedes.
Ramiro Guerra, quien se declaraba admirador de este coreógrafo, ofreció hace un tiempo su visión sobre la propuesta:
“Luminosa y transparente, MAMBO 3XXI es una coreografía que posee la simplicidad y el poder de las grandes obras danzarias. Identitariamente cubana, presenta con talento, una nacional y universal frescura y profundidad conceptual significativa, casi perdida hace tiempo en nuestra danza”.
En boca del padre de la danza moderna cubana, este elogio resulta muy contundente. Será el cierre ideal para una temporada que al propio Ramiro, seguramente, le hubiera gustado apreciar.