En los últimos 20 años, la rivalidad entre dos equipos de la Liga Española de Fútbol, Real Madrid-Barcelona, se ha disparado a niveles jamás visto en este deporte. Tal fenómeno responde no solo al juego vistoso que regalan sus jugadores y al palmarés histórico de ambas selecciones, sino también a la gran maquinaria mediática que mueve ese show en función de hacerlo casi imprescindible para el aficionado, polarizado entre blanco o azulgrana. Sin desconocer al resto de los conjuntos, el llamado clásico del fútbol mundial, ha hecho afirmar a algunos especialistas que esta disciplina universal pudiera resumirse en ese duelo y el resto es plato de segunda categoría. Tres opiniones al respecto para abrir el debate y escuchar sus opiniones.
• El balón rueda sobre un clásico
• Barça-Madrid ¿el mejor perfume?
• De blanco, azulgrana y otros colores
El balón rueda sobre un clásico
Por Joel García
La influencia del fútbol en el mundo imaginario del aficionado es sagrada. Ha ido dando pasos hasta escalar hoy niveles de adoración a equipos y jugadores nunca antes visto, alimentado por una rara combinación. De un lado talento verdadero, rivalidad necesaria, historia e identidad de países o clubes. Del otro, la venta intencionada desde la comunicación del fútbol como espectáculo, casi como telenovela, en el que perderse un capítulo puede costar.
Sobre esa plataforma, las ligas más poderosas económicamente compran a su antojo futbolistas, las cadenas de televisión dedican horas y horas a debates y charlas no siempre interesantes periodísticamente, mientras toda una maquinaria de publicidad nos vende a cada segundo que si no estás o conoces del fútbol es como si no vivieras en este planeta.
Y en ese drama del todo o nada, al margen de la sobrada calidad, se requieren héroes y novelas de vida. En los últimos 15 años, dos jugadores han sido el centro preferido para llevar a límites insospechados lo anterior: el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, o lo que es lo mismo Barcelona-Real Madrid. Son imanes de venta garantizados e importa tanto los goles asombrosos del primero, como sus impagos al fisco o si el hijo del segundo lo saluda en una ceremonia. La capacidad rematadora del delantero madrilista se potencia en imágenes y comentarios a la par que cada cambio de peinado o amoríos anteriores salen a la luz por un periodismo que apuesta al sensacionalismo y a dividir opiniones. ¿A cuál equipo le vas: Barza o Madrid?
Una Copa Mundial, evento cumbre cada cuatro años, es lo único que desplaza en atención el consabido clásico español, convertido ya en un clásico mundial como producto líder. Y los medios hablan desaforadamente que se paralizan naciones, metáfora que ni en la propia España es cierta, aunque eso no resta que cada duelo arrastra millones de televidentes en todo el mundo por par de horas.
¿Es fatal o perjudicial este fenómeno que pudiéramos denominar doping azulgrana? ¿Se puede reducir el rodar de un balón en todas las ligas del planeta a este apasionado enfrentamiento en el Camp Nou o Santiago Bernabéu? ¿Hasta que punto ha sido todo construido por la coincidencia en época de dos astros, incluso por la presencia también de técnicos como José Mourinho, Pep Guardiola o Zinedine Zidane?
Lo real y maravilloso de este análisis es que vacunarse contra tanto fútbol parece fácil, lo difícil es hacerlo cuando se trata de los dos mejores equipos españoles. Y sin percatarnos en nuestras mentes conocemos y hablamos de otros jugadores y formaciones de Inglaterra, Italia, Alemania, Holanda, Argentina, Brasil, Francia, entre otras, pero terminamos reconociendo la adicción por el Barcelona o Real Madrid.
Con parafrasear a Eduardo Galeano pudiéramos encontrar una luz. “Ellos alegan inocencia y tienen razón”. Nosotros somos las máquinas que casi no podemos vivir sin ellos. Reflexionemos.
Barça-Madrid ¿el mejor perfume?
Por Daniel Martínez
Cuando las trasmisiones de las mejores ligas de fútbol del mundo desembarcaron en nuestros televisores colonizaron la objetividad de algunos aficionados. Tamaña reflexión no persigue azotar el Yo del lector. Tampoco levantar ampollas en el particular oasis futbolístico de cada cual. Solo llamar la atención sobre una idea que defiende un puñado de seguidores en casa: ¡El más universal de los deportes es reino del Barcelona y el Real Madrid!
A partir de estas líneas muchos se mostrarán indignados por lo que consideran una sentencia injusta. Otros pensarán que este servidor es víctima del “brebaje” que oposita a dos de los grandes aromas de ese espectáculo universal. Florecerán tantos análisis y pareceres, que los más ávidos de polémica tendrán para alimentarse durante varios días.
Es indudable, que tanto merengues como azulgranas gozan de millares de seguidores en Cuba. Ambos, además de atesorar un sinfín de gestas, multitud de trofeos y un sólido arsenal financiero, son patrimonio de un país al cual estamos estrechamente ligados culturalmente.
Si a ello sumamos que juegan en una de las Ligas más poderosas del planeta y que en sus filas se enrolan o alinearon, varios de los mejores jugadores de la historia, la afirmación de “reinado” sería “defendible” para esta legión de entusiastas.
Sin embargo, ese negocio multimillonario no es patrimonio de los dos más grandes escudos de España. Instituciones como el Bayern Múnich, Milán AC, Juventus, Manchester United y Liverpool entre otras, gozan de un patrimonio lujoso. También se escudan en formidables amparos financieros, que les permiten fichar a las más afiladas armas que hay sobre la cancha.
Debemos recordar que la industria del fútbol tiene un apetito voraz y perpetuo. Jamás permitiría que el protagonismo fuera parcela de un par. Ello reduciría el interés y las ganancias. Sus tentáculos ya alcanzaron todas las regiones del mundo, estudiadas hasta lo más profundo incluyendo sus peculiaridades históricas y culturales.
En América Latina y los Estados Unidos (recuerde la enorme cantidad de inmigrantes latinos que lo pueblan), el campeonato español acapara un formidable protagonismo. Asimismo, en Asia la Liga inglesa es pasión (varios magnates de esa región son dueños de importantes conjuntos británicos).
Sin olvidar que la italiana a pesar de cotizarse hoy algo a la baja, todavía acapara interés en importantes regiones (Cristiano Ronaldo la engalana en la actualidad, lo cual dispara los beneficios).
El fútbol es una joya de incalculable valor que jamás convendría fuera tutela de dos. Será emocionante que ustedes me “ataquen” con sus ideas, poderosas y en plena madurez. Ojalá las chispas de esta colisión iluminen la polémica ¿Me apoya o me desafía? Le reto desde el punto de penal.
De blanco, azulgrana y otros colores
Jorge Luis Coll Untoria, estudiante de Periodismo
Aunque el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona son dos de los equipos más seguidos del planeta, es bastante improbable afirmar que el fútbol mundial se reduce a las actuaciones de estos conjuntos.
Existen muchos clubes y ligas con tradición e historia que quedarían obviados en esa ecuación. Si bien en la última década los mejores resultados, técnicos y jugadores se tiñeron de blanco o de azulgrana, el más universal de los deportes siempre trae algo nuevo en lo cual fijarse.
Más allá de Madrid y Barcelona, está la pasión de mirar a un país paralizado luego de ganar una Copa del Mundo, ver a miles de aficionados llenar el estadio de un once que se va al descenso, ser testigo de goles, atajadas y regates emocionantes o del nacimiento de la estrella del futuro.
Ni merengues ni culés son los clubes con más socios, ni están en la liga que más ingresos genera. Además, fuera de las fronteras de estas escuadras hay un universo futbolístico notable: el Ajax de los 70’, el Milán de Arrigo Sacchi, el Arsenal que ganó una liga invicto o el Súper Depor forman parte de una infinidad de ejemplos que necesitarían una serie televisiva para ser expuestos.
Resulta innegable que en los últimos años Real Madrid y Barcelona polarizaron el ambiente futbolero. Mourinho contra Guardiola, Ramos frente Piqué, Iniesta versus Modric y la eterna lucha Messi-Cristiano fueron parte de una realidad enriquecida por los medios de comunicación, que ponían a los aficionados de otros planteles a tener, al menos, un preferido en esas mediáticas batallas.
En este momento, por ejemplo, el Madrid está fuera de toda competencia y el Barça la tendrá complicada en la Liga de Campeones de Europa. Hoy vemos unTottenham fuerte, un Ajax plagado de jóvenes talentos y un Liverpool que ya ha estado a punto de lograr su definitivo renacer.
Restringir la historia a dos equipos sería demeritar hazañas, mitos y leyendas que hicieron del juego lo que es en nuestros días. Sigamos viviendo la pasión inigualable del clásico, la perfección de Messi y las tres Champions consecutivas de Zidane, pero que ese entusiasmo no nos borre la memoria, porque nos privaríamos de llamarnos aficionados de un deporte como el fútbol.
¡! LO PEOR,….. NO ES LA SANCION !!
-1-
Lo digo con tranquilidad
merecen ser sancionados
pero otros no nombrados
no calmaron la agresividad
me refiero a la bondad
de esos entrenadores
que siendo los educadores
muy poco pudieron hacer
ni tampoco reconocer
estos burdos sinsabores.
-2-
Como serios gladiadores
parecía futbol americano
ese “Rugby” espartano
de tan recios fajadores
cuyos fuertes jugadores
tienen su “reglamento”
pero aquí sin fundamentos
surge esa riña campal
de una forma infernal
donde el “odio” fue creciendo.
-3-
La nota más discordante
no creo sea el “altercado”
sino,… el “día” señalado
con la “tele” por delante
eso es algo denigrante
que vimos por televisión
es como la traición
tras el esfuerzo logrado
el dolor queda guardado
¡! Lo peor no es la sanción ¡!.
—000—
EL POETA YUMURINO
17 de Mayo de 2019
Ni un solo comentario? que poco le intereso a nuestros lectores, mejor ni leo el articulo