En una de las jornadas del XXI Congreso de la CTC, los participantes asistieron al plenario con pulóveres azules, blancos y rojos, representativos de nuestra enseña nacional. Fue una manera de reafirmar nuestra cubanía e independencia, en momentos en que el imperio pretende imponernos la ley de la esclavitud.
Ello nos recuerda otra imagen igualmente significativa que mostró el XVI Congreso, efectuado en enero de 1990, una coyuntura sumamente compleja para el país
Hacía seis meses que el Comandante en Jefe había expresado aquellas impactantes palabras de que si cualquier día nos despertáramos con la noticia de que la Unión Soviética se había desintegrado, Cuba y su Revolución seguirían luchando y resistiendo.
Ese cónclave estuvo precedido por un proceso de discusión en los colectivos laborales que contribuyó a atemperar al movimiento sindical a las nuevas condiciones creadas a nivel internacional.
Y sus delegados asistieron a las sesiones vistiendo el uniforme verde olivo, como muestra de la decisión de la CTC y sus sindicatos y de los trabajadores cubanos de enfrentar los desafíos del presente y el futuro, si fuera preciso empuñando las armas.
Hoy vuelven a colocarse en el primer plano las mismas batallas en las cuales las masas laboriosas son las principales protagonistas: la economía y la defensa.
Han transcurrido casi treinta años entre uno y otro congreso sindical y ahí está precisamente el principal mensaje para nuestro adversario histórico: seguimos en pie y seguiremos adelante, de uniforme miliciano y vistiendo los colores de nuestra bandera.
Fotos: José Raúl Rodríguez Robleda y Abel Padrón Padilla
[carousel source=»media: 167003,167046,166988,166984,166983,166979,166976,166975,166969,166949,166923,166909″ link=»lightbox» width=»740″ height=»500″ items=»1″ title=»no» pages=»yes» autoplay=»5600″ speed=»1200″]Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …