Por Alina Martínez Triay y Alina M. Lotti
En Cuba mandamos los cubanos y, por supuesto, las cubanas, sentenció el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al clausurar la tercera sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su IX Legislatura.
Señaló que hoy se evaluó la marcha de la implementación de los Lineamientos aprobados en el Séptimo Congreso del Partido, y que es importante conocer lo que queda por hacer. Solo en el 2018 fueron implementadas 48 políticas, con la participación de los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE).
Con igual énfasis —continuó— hemos analizado el Informe sobre los avances del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2030, que nos ha llevado a tener una planificación de la economía en tres etapas: 2019-2021; 2022- 2026 y 2027- 2030.
Subrayó que la actual coyuntura exige centrarnos en la primera etapa, y en los seis sectores estratégicos: Turismo, Industria Biotecnológica y Farmacéutica, Electroenergético (también fuentes renovables de energía), Producción de alimentos, Servicios Profesionales en el exterior y la Construcción.
Asimismo, aseveró que se seguirá avanzando en el proceso de informatización de la sociedad, en la construcción de viviendas, los aseguramientos alimenticios y el transporte.
Para decirlo en buen cubano, la crudeza del momento exige prioridades bien claras y definidas para no regresar al período especial, manifestó.
Asimismo, dijo que hoy tenemos mayores potencialidades para las exportaciones, reservas en el ahorro y la sustitución de importaciones.
Abogó por desarrollar una gestión de gobierno con vínculos permanentes con las bases sociales, menos trabas y burocracias, mayor comunicación, informatización, y un rol más activo de las universidades en la economía y la producción. “La belleza del peor momento está en el tamaño de los desafíos”.
Apostó por el desarrollo de la empresa estatal socialista, quitando cada día un pedacito a los problemas, librando una batalla ética y permanente contra la corrupción y las ilegalidades. “Ahora más que nunca es imprescindible ahorrar y gestionar mejor los recursos”.
Es infinita la lista de tareas —aseveró— pero las que exigen acción más inmediata, son en primer lugar la actualización del Plan de la economía para situaciones más complejas, la agricultura, las producciones exportables, la sustitución de importaciones, los encadenamientos productivos.
El Presidente centró las prioridades en la preparación para la defensa y la batalla económica. La estrategia es trabajar sin descanso, sin abandonar los objetivos, para lograr un mayor bienestar para el pueblo.
Al iniciar su intervención, Díaz-Canel expresó que es imposible hacer uso de la palabra en esta sesión extraordinaria, en la cual hemos centrado el debate en lo económico, sin hacer alusión a lo ocurrido el pasado 10 abril, cuando se proclamó la nueva Constitución de la República.
Señaló que el General de Ejército fue de los primeros en la guerra y también el primero en exigir la actualización imprescindible de la Carta Magna.
Hizo un recuento histórico de las Constituciones desde Guáimaro hasta la primera Constitución socialista de 1976, cuando el pueblo consolidó sus anhelos más radicales de libertad.
La constitución recién proclamada —dijo— es robusta porque se erigió sobre la base de esa historia y también luego de largos meses de análisis.
Apoyado en en textos martianos, señaló que nos apasiona la historia, y si volvemos a ella es porque ahí están las reservas de la moral cubana.
La actual administración estadounidense ha declarado públicamente más de una vez destruir cualquier alternativa diferente al capitalismo salvaje. La novedad está en las prácticas de guerra no convencionales, desde las fake news hasta los ataques cibernéticos.
Afirmó que la Helms-Burton es un bloqueo convertido en ley. No podemos subestimar la escalada de estas agresiones, ha crecido la persecución y el bloqueo financiero contra Cuba, fabricando falsos incidentes acústicos y destinando fondos millonarios para la subversión. Más de 60 años de agresiones y amenazas buscan estrechar el cerco contra la soberanía cubana.