Cargando...Por Yimel Díaz Malmierca y Francisco Rodríguez Cruz
Declaraciones en reclamo de la libertad de Luiz Inácio Lula da Silva y del esclarecimiento del asesinato de la concejal brasileña Marielle Franco, así como en apoyo a las revoluciones cubana y venezolana, trascendieron este jueves durante la sesión de clausura del XIII Encuentro Internacional de Abogados Laboralistas en el Palacio de las Convenciones de La Habana.
Con la presencia de Oscar Manuel Silveira Martínez, ministro de Justicia de Cuba, y la participación de unos 500 delegados e invitados de 14 países, el pronunciamiento final del evento censuró las políticas intervencionistas estadounidenses, con el apoyo cómplice de los gobiernos y las oligarquías de derecha en América Latina.
El texto detalló algunas de las principales manifestaciones del fenómeno, como el retroceso en el proceso de paz de Colombia, las políticas antiinmigrantes de la administración Trump y las arremetidas en la región contra los movimientos sociales y sindicales, entre otros temas.
La denuncia del bloqueo contra Cuba, y en particular las amenazas recientes de aplicar el capítulo III de la ley Helms-Burton, con toda su carga extraterritorial e ilegal, fue objeto de condena por los participantes en el XIII Encuentro, así como las agresiones y sabotajes para subvertir el orden en la República Bolivariana de Venezuela.
Por su parte, los jóvenes laboralistas y del movimiento sindical también dieron a conocer un documento donde denunciaron la profundización de las políticas neoliberales y cómo ello no debe ser motivo de desánimo, sino otra causa para continuar la batalla en la protección de los derechos de los trabajadores en los nuevos escenarios de la informatización y de la transformación del capital.
También apoyaron las actuales luchas del pueblo venezolano en defensa de la Revolución Bolivariana y el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro, y rechazaron las políticas contra Cuba del Gobierno de los Estados Unidos.
Opinión pública sustituida por opinión publicada
Tenemos que hablar de guerra de grandes potencias para hablar de redes sociales, no Facebook, o Twitter, sino del tejido social que está por romperse, aseguró Luis Carlos Moro, secretario general de la Asociación Americana de Juristas, en la sesión final del Encuentro.
Las redes sociales nos llaman a ofrecer en Holocausto nuestros más íntimos datos personales a las empresas más poderosas del mundo. La paradoja es que esas redes sociales suponen que se amplía la libertad de expresión, pero en realidad lo que ha sucedido es el incremento de procesos sociológicos que fomentan el individualismo, valoró el experto.
La globalización la tomamos como verdad absoluta, ¿pero qué está globalizando? —se preguntó Moro. Solo el sufrimiento, pues ni siquiera el capital que no quiere estar donde no le interesa, y el ejemplo es Cuba.
El jurista sostuvo que la guerra que se vive es también contra los medios, es real, simbólica y sicológica. En ella la opinión pública fue sustituida por la opinión publicada. Es una guerra por la construcción de las subjetividades colectivas.
Los grupos políticos que asumieron el control no tienen liderazgo, sino propósitos, afirmó. En los EE.UU., donde se ponen todos los huevos de la serpiente, existe una tabla de moralidad que imponen al mundo y una teoría de los efectos, que justifica la intervención de ese país donde quiera q tenga algún interés global. Eso ha sido un resultado del desarrollo del capitalismo allí.
Evaluó que en ese contexto EE.UU. impone dos principios: que cada país mantenga el problema en su frontera y que sean transparentes con sus fiscales. Tenemos que construir un vocero autónomo, independiente, que respete la constitución de una subjetividad colectiva y que sea capaz de resistir a las fracturas y a la cooptación, exhortó.
Por último, enfatizó en la necesidad de un sindicalismo transversal que hable de y con los trabajadores.
