Hace ya mucho tiempo que las pesas cubanas traspasaron las puertas del cielo competitivo. En ese edén están esculpidos gloriosos nombres entre los que se acentúan Daniel Núñez y Pablo Lara. En la actualidad, una nueva camada levanta empeños que les permitan asentarse junto a esos gigantes. Su trinchera de acción es la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Cerro Pelado, donde el ruido de los discos crea una “sinfonía” que no impide un diálogo juicioso con Jorge Luis Barcelán, presidente de la Federación Cubana de esta disciplina.
“Durante la preparación rumbo a los Juegos Panamericanos de Lima hemos realizado cinco chequeos mensuales, así como varios colectivos de cátedra y talleres técnicos metodológicos. En ellos se evalúan los componentes del adiestramiento con destaque para la parte técnica, psicológica y médica”.
Un punto importante en la maniobra hacia la cita en suelo peruano se apreció en el pasado campeonato mundial, efectuado luego de la cita centrocaribeña en Barranquilla. “Salimos satisfechos, pues dos atletas quedaron entre los mejores en sus categorías y eso les permitió puntuar para la clasificación olímpica. Hasta la fecha ambos sexos se evalúan de bien”, enfatizó.
La cita continental de Toronto 2015 tributó dos medallas de oro, igual número de plata y un bronce. Importante cosecha en tiempos donde los contrarios lucen acerados. “Todavía no definimos un pronóstico para Lima, pero aspiramos a mejorar escudados en un colectivo de atletas jóvenes, que no obstante necesitar un tiempo de maduración son capaces y ocupan posiciones de interés en el ranking panamericano”, afirmó el también comisionado nacional.
Los cambios implementados por la Federación Internacional han dejado un grupo de interrogantes que merecen una sabia y oportuna opinión sobre si benefician o no la halterofilia denuestro país.
“Nos favorece el aumento de categorías, el proceso de clasificación y los controles antidoping permanentes, en los que somos ejemplo por defender un deporte limpio. No así en la participación internacional, pues se han encarecido las inscripciones, los hospedajes y los boletos de viaje”.
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 encienden el corazón guerrero de las pesas criollas. Levantar ilusiones en esos predios sería un formidable premio a la dedicación y al entusiasmo. “Somos herederos de un grupo de apasionados que nos legaron sus conocimientos e inculcaron los deseos de no rendirnos. Algunos continúan tributándonos sus imprescindibles juicios. Además, el apoyo del Inder nos permite confiar en la tarea que nos enamora”.
Un hombre de presente y futuro
Yoanis Giniebra es un devoto de la cultura del esfuerzo. Todos los días su mirada como jefe de entrenadores de la selección femenina, vigila las rutinas de sus discípulas, que ejecutan el ritual imaginando escenarios en los cuales hacen temblar a las rivales.
“Contamos con 21 atletas muy jóvenes. Trabajamos intensamente ya que es un material humano de mucha calidad, que nos regaló cuatro doradas en Barranquilla 2018. La intención es continuar puliéndolas, pues llegan con algunas dificultades técnicas”.
Lograr un desarrollo sostenido es misión de trascendental interés. Perfeccionar la faena en la base es tarea vital si se aspira a levantar mejores conquistas. “Todos los preparadores del conjunto nacional apadrinan una provincia para chequear atletas y ver su progreso. Así podemos evaluar con más exactitud lo que deseamos.
“Necesitamos tiempo de maduración y no quemar etapas. La halterofilia es muy traumática. Las practicantes precisan al menos cinco años para sobresalir. Acá nos acercamos poco a poco a lo que aspiramos y los logros que tenemos preocupan a varias naciones de la región. Nos trazamos la meta de superar en Lima los resultados de Toronto”, afirmó.
Belleza y fuerza: ¡que combinación!
Marina de la Caridad Rodríguez atesora belleza y pasión. Esa mezcla le imprime a su accionar sobre la palanqueta un combustible de ilusión que contagia y seduce. Heroína de la primera gesta de nuestras pesistas con su plata en Toronto 2015, tiene su particular historia de superación en la siempre complicada vida deportiva.
“Provengo del atletismo. Descubrí las pesas luego de unas pruebas en la escuela Mártires de Barbados. Al principio tuve dudas por los prejuicios de algunas personas, quienes asumen erróneamente que este deporte nos deforma. La realidad es diferente, somos femeninas y estamos siempre arregladas.
“Los resultados que logré me llevaron al equipo Cuba. Recuerdo el Festival de la Mujer en Dominicana, donde alcancé tres medallas. A continuación llegó la medalla en los Panamericanos de Canadá.
“Estar en el podio junto a la bandera cubana es una experiencia tremenda. Se recuerda a la familia, a entrenadores y hasta a quienes no confiaron en ti”, legitimó con una amplia sonrisa la agraciada capitalina, oro y plata en Barranquilla 2018.
Muy cerca’ el estelar Adriel La O, campeón en Toronto y en la cita colombiana nos reveló entre sudores y esfuerzos uno de sus más íntimos secretos para encontrar la inspiración. “Cada cual busca su estímulo. Mi pareja y su niña son mi mayor motivación. Cuando pienso en ellas soy capaz de levantar pesos tremendos”, aseguró. Hace ya muchas estaciones que las pesas cubanas traspasaron las puertas del cielo competitivo. Lo apreciado en el Cerro Pelado invita a creer que otra vez se podrán asentar allí. Amor y dedicación sobran.
Me alegra mucho que hoy la halterofilia cubana este avansando y llegaran muy alto los hombres y mujeres de hoy como Daniel,Ernesto,PabloJavier,Pedro Luis y otros